Los árboles que se vieron afectados tras las heladas registradas en los primeros días de febrero representan lo que ecologistas califican como un “desastre ambiental”, que ya hizo eco en los reportes de calidad del aire.
Cosijopi Montero, presidente de la asociación Reforestación Extrema, señaló que lo que ocurrió con los árboles del tipo ficus tendrá repercusiones graves.
“Va a haber consecuencias muy graves este año, vamos a tener un verano más caliente, el problema directo es que van a aumentar las contingencias ambientales durante todo el año”, expresó Montero.
Indicó que casi el 100% de los ficus murieron tras las heladas y será muy difícil reforestar estas áreas; sin embargo, esperan que se dé a conocer oficialmente el reporte de los árboles dañados y la evaluación que realiza la Dirección de Ecología de Monterrey.
Los estragos de la falta de oxígeno que producen los árboles se comienzan a notar, al mismo tiempo que las temperaturas rondan los 30 centígrados y las condiciones del aire registradas no son óptimas.
El monitoreo ambiental, ayer por la tarde, en promedio, sobrepasó los 101 IMECAS, condiciones catalogadas como “No satisfactorias” y que representan un aumento de molestias en la población.
La única estación de monitoreo óptima fue la de Escobedo.