Lo primero que hay que entender es que, como todos los reptiles, tienen sangre fría. Esto quiere decir que no controlan su temperatura corporal por ellos mismos, por lo que es importante preparar su hábitat.
Puedes empezar con una pecera horizontal de vidrio, o una caja de madera con sustrato de hojarasca o gravilla fina. Asegúrate que la temperatura vaya de 25º a 30ºC, y que el ambiente esté húmedo. La iluminación con focos UV es adecuada, y evitar los focos incandescentes. Puedes ponerle musgo para mantenerlo seco y libre de microorganismos, pero sin tierra para evitar que se llene de bacterias. Por supuesto no puede faltar el bebedero, lo suficientemente grande como para que quepan enrolladas sin derramar el agua.
Considera la posibilidad de poner un termómetro en el alojamiento, para cuidar muy bien de tu mascota. Además, en su mismo hábitat puedes crear zonas templadas y calientes a través de placas de calor, y una rejilla para fomentar la ventilación.
Ten en cuenta que las serpientes son muy escurridizas por lo que no debemos permitir que su hábitat tenga huecos para que tengan por dónde escaparse. También es posible poner puertas o tapas fáciles de levantar de esta forma podrás jugar con ella cuando así lo quiera; otras opciones son vasijas o escondites.
Las serpientes son animales carnívoros, su piel es seca y sin glándulas. Entre los géneros más populares de mascota se encuentran: la serpiente pitón, el género Boidae, como son la Boa Amaral, Boa Emperador, la Boa de Vientre Negro, y las que pertenecen al género Elaphe como la Serpientes del Maíz, Serpientes Rey, así como las Serpientes de leche, chicoteras y de agua. La longevidad de estos animales es de 20 años aproximadamente dependiendo de la especie.
Recuerda que las serpientes también son animales de compañía y cuando las dejas entrar en tu vida adquieres un compromiso de cuidarlas y quererlas toda su vida. Olvida los prejuicios y dales una oportunidad de estar contigo. ¡Finalmente uno de los símbolos que representan las serpientes es la sabiduría!