En Oaxaca, la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación realizan paros, marchas, bloqueos, tomas de casetas desde la semana pasada y mantienen en jaque a los oaxaqueños que son los que resultan más afectados.
El magisterio exige 50 puntos, entre los que destacan: la entrega inmediata del Hotel Marley ubicado en Santa María Huatulco y un predio establecido en Tlalixtac de Cabrera. Además la apertura y operación de una caja de ahorro; renovación y dotación de combustibles del parque vehicular de esa gremial; mantenimiento, remodelación y equipamiento de varios inmuebles.
Entérate:
En las 50 demandas que presentó al gobierno de Alejandro Murat no hay una sola dirigida a beneficiar a la niñez oaxaqueña, al contrario, la serie de peticiones son ajenas a la búsqueda de justicia laboral.
Asuntos como la renovación y mantenimiento del parque vehicular y dotación del combustible para el trabajo “pedagógico” de la Sección 22, aparecen entre las demandas económicas.
Los profesores que bloquean cruceros y que mantienen un plantón el en zócalo capitalino exigen la abrogación de leyes como la de Seguridad Interior y la cancelación de la Iniciativa de Ley de Cultura Cívica para el Estado, bajo el argumento de que estas transgreden los derechos humanos consagrados en la Constitución Política de México.
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Además, los maestros oaxaqueños también quieren una caja de ahorro formada por un fideicomiso que a su juicio el gobierno estatal debe crear para beneficio del gremio.
Ya lograron la incorporación de la hermana del líder Eloy López Hernández como candidata a una diputación plurinominal al Congreso estatal, pero quieren más posiciones.
El magisterio amenaza con radicalizarse si el gobierno no les cumple las 50 demandas de su pliego petitorio.
Mientras esto ocurre, miles de oaxaqueños pierden sus trabajos, se ven imposibilitados para transitar libremente y además se sienten amenazados por un gremio violento.