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“No me han depositado, necesito la ayuda”, la recurrente súplica de adultos mayores

Cambios administrativos y un nuevo censo de beneficiarios han metido en problemas económicos a los adultos mayores que viven de apoyos económicos de los gobiernos Federal y de la CDMX

Sofía Colome Arenas tiene 75 años de edad. Es viuda y a pesar de que trabajó toda su vida como modista no tiene pensión. Se sostiene económicamente de los apoyos que dan los gobiernos federal y de la Ciudad de México a los adultos mayores. El problema es que desde que inició el año no ha recibido ese beneficio. Ha tenido que pedir prestado a sus vecinos.

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«Vivo de la tarjeta que nos daba López Obrador, pero ahorita desde enero no me han depositado nada. En diciembre fue la última vez. Nos dijo el presidente que nos iba a dar una nueva tarjeta: la de Bienestar y la de Nueva Vida que esa no la iban a recoger, pero ya no funciona, incluso me habían sobrado 50 pesos y ya no los he podido usar».

En las anteriores administraciones, las personas de la tercera edad que estuvieran dadas de alta en los padrones eran beneficiarias mediante dos vías: con la tarjeta Nueva Vida, que era la que otorgaba el gobierno de la Ciudad de México y con la que solo podían comprar productos en tiendas autorizadas, y la que daba la federación a través de la Secretaria de Desarrollo Social (Sedesol), en donde se les depositaba mil 160 pesos y podían retirar el efectivo.

Con la entrada del nuevo gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que el programa destinado a adultos mayores ahora sería otorgado por la Secretaría de Bienestar y se duplicaría el monto a 2 mil 550 pesos, aunque para los que residan en la Ciudad de México solo recibirán una tarjeta, ya que juntaron los apoyos.

Antes de reactivar el programa, los beneficiarios serían de nuevo censados para actualizar el padrón. Sin embargo, en lo que se realiza el cambio administrativo y la migración del apoyo capitalino a la federación, se han presentado problemas en las tarjetas o en su defecto se ha suspendido el pago.

Por tal situación, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum pidió disculpas a este sector de la población, y explicó que durante abril y mayo se realizará el depósito a los adultos mayores que vivan en la ciudad mediante cuatro vías: a través de la cuenta donde obtienen la pensión del IMSS e ISSSTE, la de Sedesol, la nueva tarjeta de Bienestar o en la tarjeta rosa Nueva Vida, que daba la anterior administración capitalina.

A pesar del anuncio de Sheinbaum Pardo, a la señora Sofía no le ha caído el apoyo. Este miércoles fue al Centro Comercial e intentó pagar con la tarjeta rosa, pero no pasó. Incluso el martes fue a Aurrerá, tampoco tenía saldo.

Para la señora Sofía, las ayudas que dan los gobiernos son su único ingreso y como dejó de percibir desde hace cuatro meses, por el momento vende productos de belleza de Avón y le pidió prestado a sus vecinos.

«Espero que sí nos vuelvan a dar las tarjetas y sobre todo que sea retroactivo, porque ya me endeudé. Tuve que pedir dinero para poder sobrevivir estos meses. Hoy una vecinita me prestó 400 pesos y con eso pude comprar algo de despensa, lo bueno que como vivo sola, esto me durará un poco menos de 15 días».

Comenta que tiene confianza en que López Obrador y el gobierno de la ciudad no los olvide y sí cumplan. Entiende que debido al cambio de gobierno se complica la entrega de apoyo. Se siente tranquila en ese aspecto, aunque sí pide que le den celeridad, ya que por lo menos en su caso, es de lo único donde se sostiene económicamente.

Al edificio donde vive la señora Sofía, ya pasó personal de la Secretaría de Bienestar para tomarle sus datos y una fotografía. Aunque tampoco ha recibido esa tarjeta. Está a la espera para que en cualquier momento le depositen alguna de las ayudas.

«Con la tarjeta de Nueva Vida compraba mi despensa y con la de Sedesol, yo iba a Bancomer, sacaba mis mil 160 pesos en efectivo y con eso pagaba el agua y predial. Vivo en constante presión porque no tengo dinero y a mis 75 años quién me va a dar empleo. Por muchos años trabajé como modista y ahora ya no me responden mis ojos, por eso ya me urge que depositen».

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