Opinión

¿Es fácil medir la felicidad de un país?

¿Es fácil medir la felicidad de un país? Depende. La ONU tiene en cuenta aspectos como la educación, los programas sociales, las expectativas de vida, la eficiencia gubernamental o la corrupción

La felicidad es un objetivo cada vez más presente en la sociedad actual. Según un informe de Naciones Unidas, Costa Rica es el país más feliz de América Latina, y a la vez ocupa la duodécima posición mundial. En la región le siguen México (23), Chile (26), Guatemala (27) y Panamá (31).

¿Es fácil medir la felicidad de un país? Depende. La ONU tiene en cuenta aspectos como la educación, los programas sociales, las expectativas de vida, la eficiencia gubernamental o la corrupción. Este año, con especial énfasis en la comunidad y en la influencia de las tecnologías de la información.

Finlandia encabeza la lista mundial. A continuación, aparecen Dinamarca, Noruega, Islandia, Holanda, Nueva Zelanda y Canadá. En los últimos lugares están Sudán del Sur, República Centroafricana, Afganistán, Tanzania y Ruanda.

En su libro «El delirio del crecimiento», David Pilling asegura que la felicidad de las personas no depende de la riqueza absoluta, sino más bien de la riqueza relativa con respecto a quienes le rodean.

En declaraciones al periódico «Expansión», Pilling admite la relación entre el PIB y la felicidad, «porque parece bastante claro que los ciudadanos de los países más pobres lo tienen más difícil para ser felices, pero no es una correlación exacta y directa», ya que «algunos que tienen mucho dinero se declaran infelices, y algunos que son más pobres se dicen felices».

No creo que haya una sola manera de medir la felicidad, pero sí condiciones mínimas para el bienestar personal y colectivo. Es imprescindible una base material que garantice los asuntos de primerísima necesidad, como alimentarse, vestirse, trabajar y cobijarse decentemente. A lo que se suma una educación y salud de calidad para todos.

La alimentación adecuada es tan fundamental que un estudio de la Universidad de Leuven, en Bélgica, reveló que la felicidad comienza en el intestino. Así como lees: algunas bacterias del intestino producen efectos positivos sobre el estado de ánimo y una flora intestinal pobre lleva a la depresión.

Seguramente has oído hablar de la serotonina, el neurotransmisor que regula los estados de ánimo. Pues, según el estudio, el 95% se produce en el tracto gastrointestinal. Entonces puede asegurarse que las bacterias del intestino controlan el estado de ánimo.

La felicidad es multifactorial. A pesar de las carencias de algunos ránkings, hoy veo el vaso medio lleno. Bienvenidos sean los estudios e informes que buscan profundizar en el tema.

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