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Individualismo, falta de empatía y desigualdad, origen de ‘ladys’ y ‘lords’

La competencia entre las personas por destacar socialmente es una de las razones por las que las personas explotan ante el estrés

Desde hace unos años en México hombres y mujeres de la ‘nobleza’ empezaron a acaparar las redes sociales, pero no por sus buenos modales, sino por actos de prepotencia, violencia e intimidación por los que se les bautizó como «lords» y «ladys».

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De acuerdo con Ricardo Trujillo, académico de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en psicología social, estos hechos se dan a conocer rápidamente por la facilidad de grabarlos y difundirlos en redes sociales, pero no son nuevo y sí demuestran la falta de empatía que tenemos con los demás.

Problema de grandes ciudades 

“Este tipo de violencia está asociado con la forma de interacción de las ciudades, podemos afirmar que las famosas ‘ladys’ y ‘lords’, tienen una misma característica: ejercer la individualidad sobre la colectividad: aunque un conductor me indique que va a cambiar de carril con su direccional no lo dejo pasar porque antepongo mi necesidad y la única forma de afirmar la individualidad es con la violencia”, dijo.

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El especialista explicó que estos hechos ocurren en distintos entornos, no sólo en la vía pública, por ejemplo, cuando los padres quieren que su hijo realice alguna actividad y no quiere hacerlo, pueden pasar de un regaño a la violencia, esta situación también ocurre en las relaciones afectivas, en los trabajos, en el transporte y en todos los sectores en los que nos involucremos.

“Es un fenómeno complejo y estudiado desde hace mucho tiempo, tenemos que reflexionar que estamos en una sociedad capitalista, posmoderna donde cada uno piensa que es el más importante, el único que vale, en donde las normas que nos rigen son ‘nadie puede contra mí’, ‘no me voy a dejar’, esas posturas justifican la violencia que podemos expresar en distintos contextos”, agregó.

Falta de empatía se debe a la sociedad

Ricardo Trujillo también explicó que este tipo de reacciones no son por falta de educación en casa, sino por el modelo de sociedad urbana en el que vivimos, pues aunque en casa se diga que ser corrupto está mal, en la vida cotidiana tenemos que recurrir a esta medida para satisfacer nuestras metas.

“Los casos de violencia que se hacen virales muestran un problema del contexto social, en la que el capitalismo valora al individuo en todos los niveles; en la escuela se valora al que está hasta arriba, el que se quedó abajo lo reprobamos; en las olimpiadas se valora al que ganó le primer lugar, prevalece la ideología de la individualidad, todos participamos en ella, la aceptamos y la asumimos”.

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Puso de ejemplo que en Rusia cuando se vivía en el comunismo era difícil ver la envidia en los niños, pues todos tenían los mismo juguetes y con base en ellos construían sus dinámicas de juego, pero cuando se abrió al capitalismo apareció la envidia entre los menores ya que unos comenzaron a tener más cosas que otros.

“Cuando estás en una sociedad con falta de apoyos y donde cada uno es dueño de su propio destino, si te quedas atrás es tu culpa; si se agregan grandes diferencias sociales, económicas y culturales, entonces hay incentivos para que uno desarrolle el individualismo sobre el colectivismo, estamos en un caldo de cultivo para ver estos estallidos de violencia”.

Finalmente, dijo que cuando las sociedades son más equitativas, en donde no hay abismos salariales entre la población, hay menos incentivos para que la gente cometa delitos, pero es la construcción de una sociedad inequitativa la que favorece la violencia que encontramos en la vida cotidiana”.

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