El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, afirmó que las Fuerzas de Defensa israelíes no trabajan con un «cronómetro» para evaluar poner fin a la ofensiva sobre la Franja de Gaza. Aunque la operación se basa por ahora en bombardeos aéreos, no descarta «otras opciones», incluida la toma del territorio costero.
Así lo dijo a diplomáticos y periodistas extranjeros tras la especulación sobre un posible alto el fuego. Netanyahu evita especular sobre posibles avances y prefiere hablar de «objetivos» a la hora de valorar la ofensiva, según el diario Times of Israel.
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En este sentido, aseguró que no se puede hablar de plazos, aunque ha dicho «no esperar» una «conflagración». El Ejército no ha dado paso a una ofensiva terrestre, como sí ocurrió en 2014.
Netanyahu señaló como origen del conflicto la cancelación de las elecciones palestinas, previstas en un principio para el 22 de mayo. La Autoridad Palestina las anuló ante la imposibilidad de celebrarlas también en Jerusalén Este. Esto agudizó el distanciamiento entre Al Fatá, que controla Cisjordania, y Hamás, que domina Gaza desde el año 2007.
«Hamás ha utilizado los hechos del Día de Jerusalén y la situación (con los desalojos de familias palestinas) en Sheij Jarrá para sus propios intereses políticos», expresó Netanyahu.
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En cambio defendió que Israel ha hecho «todo lo posible» para evitar bajas civiles entre la población gazací. Lo precisó luego de la confirmación del fallecimiento de más de 50 niños.
Las autoridades israelíes sostienen que parte de estas víctimas se deberían a proyectiles fallidos disparados desde la Franja de Gaza. Defienden también derribos de edificios como el de la torre Al Jalaa de la Franja de Gaza, en la que se encontraban las oficinas de la agencia Associated Press y de la cadena Al-Jazeera.