Estados Unidos se quedará corto en la intención de convertir el 4 de julio en el día de la independencia del Covid-19. La Casa Blanca se autoimpuso la meta de que 70% de los estadounidenses recibieran para esa fecha al menos una dosis de vacuna contra el coronavirus. Sin embargo, reconoció este martes que no va a llegar a ese porcentaje.
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De los objetivos del gobierno de Joe Biden en su lucha contra la pandemia, éste será el primero que no consiga. Superó el inyectar más de 100 millones de dosis en sus 100 primeros días como presidente, pero no llegará al otro objetivo.
La Casa Blanca asegura que 70% de los mayores de 30 años han recibido al menos una dosis. Su objetivo es que, dentro de dos semanas, esa tasa llegue a los mayores de 26 años. Se calcula que más de 150 millones de estadounidenses han completado la pauta de vacunación. El ritmo de inmunización en EU llegó a un pico de 3 millones de dosis diarias a mediados de abril, pero se ha ralentizado hasta los 1.1 millones la pasada semana.
La vacunación en Estados Unidos es extremadamente desigual. 16 estados y el Distrito de Columbia superan 70% de los adultos con la pauta completa. Sin embargo, cuatro estados (Alabama, Louisiana, Mississippi y Wyoming, gobernados por republicanos) no han vacunado ni a la mitad de su población. El problema: los reacios a la inmunización del medio-oeste y el sur del país, especialmente en estados conservadores.
Llegar a 70% de vacunación es sólo una meta volante que lleve al destino final: «Destrozar la pandemia». Sólo así se podría evitar el «peligro real (…) de nuevos brotes», alertó el epidemiólogo Anthony Fauci. Algo que sería especialmente dramático ahora que, con las vacunas, las muertes de adultos por Covid-19 son «en este punto totalmente prevenibles«, insistió la jefa de los CDC, Rochelle Walensky.