A menos de un mes de que el presidente López Obrador tomó las riendas del gobierno el balance es positivo. En tres semanas de administración ha ido cumpliendo los compromisos que hizo ante los mexicanos y que se tradujeron en un incuestionable triunfo el 1 de julio.
Lee también:
Algunas de esas propuestas seguramente tardarán más tiempo en concretarse, porque antes es necesario hacer una serie de cambios y, porque se debe tomar en cuenta que el país que se recibió se encuentra en una situación precaria. La cuarta transformación significa mucho más que un simple cambio de administración. Se trata de construir un nuevo régimen, con auténtica división de poderes y apegado a principios democráticos, de legalidad, honestidad y austeridad.
En ese sentido, uno de los compromisos fue acabar con la corrupción y con los excesos inadmisibles para un pueblo que padece graves condiciones de pobreza. En estos primeros días ha quedado claro, en los hechos, que la promesa de nuestro presidente de eliminar los privilegios de los altos mandos iba en serio. Se terminaron los sueldos exorbitantes, los lujos, y los gastos superfluos.
No te pierdas:
En tan solo unas semanas de gobierno, también ha sido evidente la voluntad de reconstruir el tejido social y enfrentar el principal problema de nuestro país, que es el olvido a los mas necesitados y llegar a un estado de bienestar y de paz. Por ello, ha iniciado dando el banderazo de salida a las políticas en materia energética, indígena, sembrando vida, económicas, que detonaran el desarrollo, el crecimiento económico y la generación de empleos.
Lo mismo sucede con otras acciones, como es el caso de la reorientación del presupuesto para que las personas más vulnerables reciban un apoyo decidido, ya sea para que los jóvenes se mantengan estudiando y se capaciten para obtener un empleo o bien para respaldar a quienes merecen una vida digna como los adultos mayores. Por todo eso, se debe reconocer que desde un principio Andrés Manuel López Obrador está cumpliendo su palabra.