Opinión

Morena se desmorona

Poco importan los caprichos presidenciales bajo el peso de la inseguridad y la recesión económica, cuyas marcas definen el primer año de gobierno de la Cuarta Transformación. Los ciudadanos lo saben y, aunque gran parte aún le dan el beneficio de la duda, muchos ya están hablando de las consecuencias de sus políticas, pero sobretodo de los costos.

No se puede ocultar la catástrofe que de enero a octubre de este año ha cobrado la vida de 29 mil 547 mexicanos: La violencia. Una que sumada al caos desatado en Culiacán y para la familia LeBarón nos ha dejado sin aliento, preguntándonos ¿qué está pasando en nuestro país? Y son precisamente estos episodios los que conjuran una realidad de la que el gobierno mexicano no puede escapar. Este año es el más violento de nuestra historia moderna.

Y aunque en el sexenio pasado las críticas de Morena hacia el gobierno de Peña Nieto señalaron los grandes errores del régimen; ahora, las 28 mil 868 vidas que se perdieron en 2018 son superadas en mil casos por la violencia que vivimos en los tiempos de la Cuarta Transformación.

Por eso no es raro que las distintas casas encuestadoras coloquen la aprobación del mandatario mexicano entre ocho y 20 puntos más abajo que en su punto más álgido. El comparativo realizado por El Universal ubicó en 79 por ciento la popularidad del presidente en marzo, mientras que en noviembre tocó los 59 puntos. A su vez, Reforma y El Financiero muestran una pérdida de 8 puntos entre marzo y julio.

Es un hecho. La 4T se desmorona a cada instante con sus malas decisiones que están sojuzgadas a la silla presidencial y que, en lugar de abonar a la estabilidad, desacreditan todos los informes que no les convienen.

Un ejemplo lo tenemos en el nuevo análisis de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), el cual redujo de nueva cuenta el crecimiento del país. Ahora ya no creceremos al 0.5 por ciento, como se tenía esperado; sino al 0.2%, dejando para 2020 el esperado incremento del Producto Interno Bruto (PIB) de 1.2%, en el mejor de los casos.

Pero estos datos quedarán, seguramente, catalogados entre los incómodos y menospreciados por el jefe de estado mexicano. Pues a la 4T no le gusta que la critiquen y por eso sólo presume los datos que le favorecen como es el caso del aumento del 7.8% en la Inversión Extranjera Directa (IED).

Lo cual no suena para nada mal si no se toma en cuenta que la IED representa menos del 10 por ciento de la inversión total del país. Es decir que la mayor parte de los inversionistas son mexicanos y es a ellos a quienes se debe convencer de participar en los diversos proyectos gubernamentales.

Estas son las razones por las que las encuestas no son un espejismo, sino una realidad que deja ver las grietas en las propuestas del actual régimen, el cual tiene su mejor arma en negarlo todo y decir que “yo no fui”.

Falta mucho por caminar en este sexenio y muchas posibles soluciones para subsanar las rajaduras que los tropezones del gobierno de la 4T han generado en este primer año, sólo será cosa de que ellos quieran.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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