La crisis migratoria hacia Estados Unidos vive un episodio sensible en el que nuestro país ha resultado un actor principal en la materia donde hemos visto imágenes atroces de las autoridades del Instituto Nacional de Migración en contra de los migrantes que entran por nuestra frontera sur y en contra de este sector vulnerable en donde personas de la tercera edad, mujeres y niños se han visto violentados por los oficiales mexicanos.
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Debido a las crisis políticas y de seguridad en países de Centroamérica y el caribe, el flujo de migrantes de paso hacia los Estados Unidos ha incrementado en los últimos meses, situación que ha detonado la mayor crisis en la administración del presidente Biden.
La postura oficialista del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido confusa al respecto, ya que, si bien durante los primeros meses de su administración dio la bienvenida a los migrantes al territorio nacional, al poco tiempo fortaleció la frontera sur con cientos de elementos de la Guardia Nacional sin las menores consideraciones de los compromisos internacionales de los que México forma parte.
La Organización de las Naciones Unidas tiene bajo la lupa el actuar de México en la frontera sur, al grado que tres agencias de dicha organización han exigido a las autoridades mexicanas el respeto a los derechos humanos de los migrantes debido a las imágenes difundidas y a quejas presentadas tras violentos operativos para disolver caravanas de migrantes en el estado de Chiapas.
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El mensaje fue difundido por la Oficina en México del Alto Comisionado para los Refugiados, la Organización Internacional para las Migraciones y la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Los presidentes Biden y López Obrador han demostrado su preocupación por atender la crisis migratoria de raíz, sin embargo, el paliativo no ha sido el adecuado.
México ha adquirido históricamente compromisos internacionales en los que debe respetar los derechos humanos de los migrantes y tratarlos de manera digna en lo que resulte conducente de acuerdo con la ley, una realidad alejada a lo que sucede actualmente en la frontera sur.
México debe pronunciarse claramente sobre las acciones que tomará en cuanto a política migratoria y tomar cartas en el asunto en cuanto a capacitación del personal que atenderá los asuntos migratorios desde el trabajo de campo hasta el de escritorio.
El actuar de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración en la frontera sur es condenable y va en contra de los principios nacionales en materia de migración.