¿Cuántas veces hemos escuchado esto? y desafortunadamente el refrán está compuesto por sabias palabras. ¿Recuerda usted, amigo lector, aquellas grandes historias que a sus oídos llegaban, gracias a los interesantes e inquietantes relatos de sus padres e incluso abuelos, donde la mujer seguía al marido por cielo, mar y tierra sin importar nada más que el permanecer unidos pasara lo que pasara? … por ejemplo aquellas valientes soldaderas que máuser en mano cuidaban la espalda de su fiel guerrero ¡muriendo al lado del mismo como muestra de lealtad! Imagínese, aquellas mujeres eran capaces de darlo todo por su hombre, y si usted piensa que los tiempos han cambiado… ¡claro que tiene razón! Porque en estos tiempos el quedar desempleado o simplemente pasar una mala racha en el negocio, puede poner a prueba la lealtad y desinterés de su adorable pareja. Insultos, reclamos, reproches y amenazas, suelen aflorar desde los delicados labios de las féminas arremetiendo contra el vapuleado marido, que apenas puede aceptar la realidad de verse desempleado.
Según vivencias de mis lectores, es como si ellos hubiesen traído un letrero con la leyenda “Millonario en potencia”, ya que las reclamaciones durante el matrimonio no se hacen esperar, como si éste se hubiera consumado bajo los estrictos puntos de un contrato comercial, por ejemplo.
La esposa (la compradora) ha aceptado unirse a su marido (dinero) con la condición de que éste le provea de casa, joyas, vestido, autos, diversiones, tarjetas de crédito y lo que se genere de los anteriores, aun cuando la esposa se encuentre preparada profesionalmente y cuente con trabajo bien remunerado.
El marido adquiere el compromiso implícito de “sacar” de trabajar a la esposa lo antes posible, para que ésta cuente con tiempo suficiente para desayunar con sus amigas toda la mañana y hablar mal de él, luego el SPA y por qué no… una comidita con alguno de sus amigos a quien dedicará lo mejor de su vida, claro, no sin antes dormir las 13 horas necesarias para su desarrollo y bienestar emocional.
La esposa adquiere el derecho de desaparecer o, en su caso, realizar el cambio de chapas del hogar, una vez que ésta califique al marido como una mala adquisición o lo note con baja productividad y, por lo tanto, la esposa no logre mantener lo estipulado en el contrato.
Cualquier incumplimiento en alguno de los incisos generará la inmediata ejecución de la demanda correspondiente, la cual requerirá del marido la inmediata entrega de casa, auto, dinero, joyas, y si el perro y gato son compatibles con la esposa, ¡serán incluidos en el paquete de la demanda!
Así que mis queridos amigos, antes de adquirir un fuerte compromiso, hágale saber a su prometida lo que usted espera lograr a base de esfuerzo, para que ella no dé por hecho que se está casando con un cheque a su nombre en blanco, recuerde también la opción de casarse en régimen de bienes separados, por aquéllo de las dudas…
