Hacemos un repaso por la carrera del gran «The Worm»
Solo tres años estuvo Dennis Rodman con los Chicago Bulls, y dejó una huella profunda en el equipo de Michael Jordan.
Rodman era la cara más extravagante del equipo y se convirtió en el luchador callejero del grupo.
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El hombre que luchaba en la pintura y el que hacía el trabajo sucio.
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Era el que lo dejaba todo para que Jordan y Scottie Pippen brillaran con los puntos.
¿Cómo llegó Rodman a los Bulls? ¿Qué significaron esos tres años en la institución?
Dennis Rodman, el «Bad Boy»
Nacido en Trenton, New Jersey, en 1991, fue escogido por los Detroit Pistons en la segunda vuelta del draft de 1986.
Rodman debutó con los Pistones en 1986: era el equipo de Detroit uno de los más temidos en la NBA.
Conocidos como los Bad Boys y liderados por Isiah Thomas, los Pistons llegarían a ganar dos títulos seguidos, en 1989 y 1990.
En siete campañas con los Pistons, Rodman llegó a liderar en promedio de rebotes en la 91-92 (18.7) y 92-92 (18.3).
Continuó con sus actuaciones individuales positivas en los Spurs, con los que militó entre 1993 y 1995.
En el elenco texano siguió siendo el líder en promedio de rebotes de la NBA, con 17.3 y 16.8, respectivamente.
Pero la gloria le llegaría con los Chicago Bulls, equipo con el que firmó para la temporada 1995-96.
La era de los Chicago Bulls
Rodman mantuvo su papel de «chico malo» dentro y fuera de la cancha.
Protagonizó una «trinidad» magnífica con Jordan y Pippen, logrando 15.3 rebotes por partido en esas tres temporadas.
Siguió liderando a la NBA en promedio de rebotes con 14.9, 16.1 y 15 en las tres campañas con los Bulls.
Luego de ganar el tercer anillo consecutivo, Rodman decidió dar un paso al costado, coincidiendo con el adiós de Jordan a los Bulls.
Cerró su carrera con los Dallas Mavericks en 1999-2000, luego de estar un año en los Angeles Lakers.
En su carrera dejó un promedio de 13.1 rebotes por encuentro, con el juego duro y el sacrificio, amén de las extravagancias, siempre presente.
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