Julio César Chávez, leyenda del boxeo mexicano y mundial, manifestó que la relación con sus hijos, Julio César Junior y Omar en estos momentos está rota por culpa de Saúl «Canelo» Álvarez.
En entrevista con el conductor Yordi Rosado en su canal de YouTube, Chávez indicó que esta mala convivencia comenzó porque en su última pelea-homenaje, en contra del hijo de Héctor «Macho» Camacho, subió al «Canelo» al ring invitándolo a estar en su esquina, lo que le dolió a sus vástagos.
«Siempre ha sido complicado estar con ellos. La realidad es que no he sido un gran ejemplo, no traté bien a su madre, luego se dedicaron a lo mismo y vienen las comparaciones», dijo.
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Y todo acabó por romperse el pasado mes de junio… «Se me ocurrió subir al «Canelo» al ring, la verdad es que es un buen muchacho y me nació hacerlo, fue algo espontáneo. Ellos se pusieron celosos, que porqué a ellos no los tomé en cuenta para eso… En fin, por más explicaciones que les di, se enojaron conmigo. No me hablan ahorita».
La rivalidad entre los Chávez y el «Canelo» viene de cuando Álvarez venció a Julio Junior en el 2017, en una pelea que se fue a decisión.
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El «César del boxeo» reveló además que sus hijos han tenido problemas con las adicciones, «no han querido internarse, en fin. Hay muchas cosas qué arreglar en ese aspecto, pero espero que pronto todo esté más tranquilo».
TENÍA RELACIÓN CON LOS GRANDES CAPOS DEL NARCOTRÁFICO
En la misma entrevista, el «Gran campeón mexicano» contó algunas anécdotas sobre su ya conocida relación con los capos del narcotráfico mexicano en aquella época de campeón en los años 90.
«Llegaban dos o tres Suburban repletas de gente armada por mí, me decían: ‘El patrón te quiere conocer’… ¿y si no iba?, es mejor hacer amigos que enemigos, es por eso que gracias a dios estoy vivo».
«Después de que le gané al ‘Macho’ Camacho había como mil años de cárcel. Estaban los Arellano Félix, el ‘Güero’ Palma, Amado Carrillo ‘el señor de los Cielos’, el ‘Chapo’ Guzmán, el ‘Azul’ Esparragoza, el ‘Mayo’ Zambada y todos querían conocerme. Llego y todos estaban hablando y yo en medio hasta que me enfadé y les dije ‘¡cómo chingan!’ Yo lo que quería era perico».
Y siguió: «Había como 300 cabrones armados y nadie traía perico, y como nadie traía les dije: ‘¡entonces me voy a la chingada!’ Y me la consiguieron».
Recalcó que tuvo muy buena relación con ellos a pesar de que eran de bandos distintos, y que cuando se pelearon entre ellos a él siempre lo respetaron.
«A las dos semanas se pelearon entre ellos. Ellos sabían perfectamente bien que era amigo de todos y a mí siempre me respetaron. Me regalaron joyas, diamantes, relojes. Tengo unos guantecitos que me regaló Pancho Arellano que valen como 80 mil dólares».
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