En el mundo del cine porno, el “cumshot” es aquella toma en la que el varón vierte su semen sobre el cuerpo de su pareja. También se le conoce como el “money shot” (el disparo del dinero), o sea, la toma más “cara”, que da cuenta de que lo que se mira en la pantalla realmente sucedió, sin efectos especiales.
Si estas tomas existen es porque funcionan, pues estimulan el deseo sexual. “Hay que reconocer la pornografía como un fenómeno cultural, globalizado, con un impacto bastante fuerte en la sexualidad de algunas personas”, según indica el sexólogo Mauricio Salas.
Sin embargo, Salas advierte de una serie de patologías que afectan a algunos varones, sobre todo cuando se asume lo que sucede en la pantalla como una realidad y se busca obsesivamente llevarlo a la práctica.
Esto porque los varones, en términos generales, “son más propensos que la mujer a excitarse cuando ve imágenes sexualmente explícitas”. En el mundo real esto se puede traducir en cosas cotidianas como tener sexo con las luces prendidas, hasta ciertas “excentricidades” relacionadas con el “mirar”, dice el experto al diario La Nación, de Chile.
Mirando los aspectos cuestionables en el caso particular del “cumshot”, Salas dice que “lo que se estimula es la exacerbación del otro como un objeto, que en casos más extremos implica una degradación y deshumanización. Un placer de posesión del objeto”.
RECOMENDACIONES
Por otro lado hay parejas que disfrutan con la experimentación y que incluso beben de la pornografía como una fuente de inspiración. Para ellos algunas recomendaciones si se quiere “llegar lejos” en esta práctica.
– Pareja Única: Es la mejor forma de evitar enfermedades venéreas o de transmisión sexual.
– Protección ante todo: No por tratarse de una eyaculación fuera de los conductos vaginales, el “cumshot” sirve para evitar embarazos. Los espermatozoides están presentes en los líquidos que libera el pene desde que se inicia el acto sexual. A ello se suman los embarazos por contacto, cuando se decide depositar el semen en la zona vaginal.
– No alocarse: El acto puede ser molesto cuando el semen llega a áreas como los ojos o el pelo.