Esta semana el medio español El País, dio a conocer una investigación del periodista Jacinto Rodríguez, en donde relata como el Partido Revolucionario Institucional (PRI) investigaba al escritor colombiano, Gabriel García Márquez, por tener vínculos con el presidente de Cuba, Fidel Castro.
De acuerdo con la investigación, el espionaje contra el premio Nobel de Literatura comenzó en 1968, cuando creó la Fundación Habeas, una organización dedicada a realizar labores en defensa de los derechos humanos y que a su vez se movilizó contra las dictaduras en países como Argentina y Chile.
Los archivos desclasificados de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), -agencia de inteligencia del gobierno mexicano, en ese tiempo-, la Fundación Habeas se dedicaba a proteger y apoyar económica y legalmente a las personas con ideología marxista-leninista que, por su participación en grupos guerrilleros y terroristas, se escudan bajo el concepto de perseguidos políticos.
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Sin embargo, el seguimiento personal de García Márquez se endurecería en 1975, cuando la agencia de seguridad empezó a investigar a los actos públicos y reuniones privadas que tenía el escritor con el entonces presidente de Cuba, Fidel Castro.
Los archivos señalan que la DFS, supo que García Márquez tenía vinculos con cuatro líderes militares de la guerrilla de El Salvador, así como sus reuniones con Régis Debray, revolucionario francés y con compañero de Ernesto Che Guevara y con el consejero del presidente Francois Mitterrand.
Dichos informes señalan que Gabo, también tuvo diversas visitas en su casa de la Ciudad de México, aunque no se revelan los nombres, figuran cargos como el del secretario general del Partido Comunista de Chile y el consejero político de la Embajada en Cuba.
“Gabriel García Márquez, además de ser procubano y soviético, es un agente de propaganda al servicio de la Dirección de Inteligencia de ese país”, se lee en un reporte del 17 de marzo de 1982 en el que la DFS registró que García Márquez cedió los derechos de Crónica de una muerte anunciada al Gobierno de Cuba.
“El espionaje a Gabriel García Márquez, es un seguimiento suave, digamos que normal”, señaló el investigador Jacinto Rodriguez, citado por el diario El País.
“¿Qué tanto se metió directamente en asuntos que interesaban o afectaban directamente a México? Esa una zona todavía gris de su biografía”, apunta el director de la fundación Gabo.