La primera vez que Omar Aviña tuvo que ser desalojado de un país, fue en 2020. Y es que a este mexicano lo atrapó la pandemia en China, y cuando intentaba salir le era imposible, por lo que recurrió al apoyo del gobierno mexicano. Ahora, Omar volvió a quedar atrapado pero está vez en Ucrania, en donde los bombardeos aéreos en la Ciudad de Kiev, le hicieron correr hacia las instalaciones del metro.
“Hace dos años también me evacuaron, porque empezó la pandemia, claro que eso no se puede comparar con lo qué pasa ahora”, mencionó.
Omar Aviña, un joven de 32 años, originario de Jacona, Michoacán, fue parte del segundo grupo de mexicanos que ayer fue evacuado de Ucrania, con ayuda de la autoridad mexicana.
Desde hacía dos meses, viajó a Ucrania para comprometerse con su novia, quien es originaria de este país.
En esos dos meses, viajó dentro del país; se reunió con la familia de su prometida y estuvo viviendo en el departamento de ella, en Kiev. No imaginaron que las amenazas de guerra, que no eran nuevas, realmente se concretara. No vio necesidad de salir en el primer grupo de mexicanos a los que la embajada mexicana desplazó a Ivano-Frankivsk.
“Pero el 24 de febrero, la mamá de mi novia, por lo regular no llama tan temprano. Yo tuve un sentimiento extraño. Nos decían que se venía la guerra pero estábamos escépticos: íbamos a la calle normal, al cine normal, a supermercado normal. Pero ese día (24 de febrero) mi novia me dijo: bebé, la guerra ha empezado”, mencionó.
Omar Aviña comenzó también a recibir llamadas de su familia, desde Michoacán, pidiéndole que saliera del lugar porque la situación comenzaba a complicarse. Pero los jóvenes no querían creer. Salieron al supermercado a comprar víveres para 2 o 3 días y se toparon con largas filas, aunque todo en orden.
“Nos comenzaron a llegar mensajes al celular para que nos fuéramos a las estaciones del metro, esas mismas que funcionaron como refugio durante la Segunda Guerra Mundial”, mencionó.
Los bombardeos se acercaron más a Kiev, los estallidos se escucharon y más allá, las ventanas retumbaron y el edificio se estremeció también. Fue entonces que se les complicó la situación. A toda velocidad empacaron las cosas más indispensables y literalmente salieron corriendo de su departamento para refugiarse.
“Corrimos hasta el metro que está a una distancia de 10 minutos caminando. Ahí sentimos mucho terror y mi novia llegó un momento en que entró en pánico. Temíamos por nuestras vidas”, relató.
Al interior del metro, tuvo otra vivencia, y es que al querer cargar su teléfono celular, a la corriente eléctrica, le resultó imposible porque, toda la gente quería hacerlo al mismo tiempo.
Omar levantó la mano, entonces, para que la embajada de México lo considerara para ser evacuado de la zona. Y eso también se retrasó. Salir de Ucrania les tomó una semana, ya que las restricciones impuestas en la Ciudad impidieron que salieran de Kiev, inmediato.
Ahora Omar está fuera de Ucrania. Mañana jueves, él y su novia abordarán el vuelo de la Fuerza Aérea Mexicana que regresará a territorio mexicano con más de una veintena de mexicanos repatriados.