El presidente Andrés Manuel López Obrador celebró que la Iglesia Católica y los Jesuitas hayan convocado a una jornada nacional de oración, con el objetivo de construir la paz, diálogo en el que pidió sumar a los grupos del narcotráfico, porque “también son seres humanos”. Sin embargo, esa estrategia ha puesto al país en la peor época de violencia, señalan especialistas.
“Celebro el comunicado de la Iglesia católica y de los jesuitas, porque están hablando en su comunicado de ayudar para que entre todos construyamos la paz. Es otro tono”, comentó el presidente al finalizar la conferencia de prensa matutina de este martes.
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Cuestionado sobre si también a los narcos, el presidente dijo: “Sí, estoy de acuerdo. También, porque son seres humanos”.
Estamos viviendo un momento muy violento que obligará al gobierno necesariamente a recomponer su estrategia. Una de las cosas que vamos a ver próximamente es cómo recompone el gobierno. Va a tener que recomponer sí o sí. A lo mejor no lo dice de manera explícita, pero lo va a tener que hacer. La estrategia claramente ha demostrado que no funciona.
— Juan Carlos Montero, profesor de transformación pública de la Escuela de Ciencias Sociales del Tec de Monterrey.
A López Obrador se le preguntó si esto implicaría una especie de pacto con los grupos delincuenciales de México, a lo que respondió. “Ese es otro asunto. Pero, lo que ellos [los líderes religiosos] plantean es que se debe tratar aun a estas personas [los cárteles del narcotráfico] como seres humanos y convocarlos a deponer su actitud, esto es muy importante, porque es el perdón”.
“Yo no estoy diciendo negociación. Nosotros no tenemos ninguna negociación”, comentó el mandatario. “Lo que me importa es el humanismo, que es la esencia del cristianismo”.
El presidente criticó voces que exigen que haya un ataque frontal contra los criminales. “Ya estaba yo escuchando otras voces, ya no puedo decir hitlerianas, pero si fascistoides, de eliminar, de la ley del talión, del que a hierro mata, a hierro muere. Y eso no tiene que ver con el comportamiento de las iglesias ni de ninguna persona con buenos sentimientos”, añadió.
La paz es fruto de la justicia, no del exterminio, no es la guerra
— Andrés Manuel López Obrador, 5 de julio de 2022
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“En el último comunicado o en las declaraciones hablaban, en dos ocasiones, de que no eran suficientes los abrazos. Yo también puedo decir, claro que hacen falta muchas otras cosas, pero lo esencial es no querer enfrentar la violencia con la violencia, porque los fachos eso es lo que proponen”, comentó el presidente.
AMLO pidió no quedarse solamente en el “análisis de la realidad” y mejor buscar “transformar la realidad”. “La construcción de la paz requiere de muchas acciones. Tiene que ver con lograr una sociedad mejor, con el combate a la pobreza, a la desigualdad. Tiene que ver con el combate a la corrupción y la impunidad. Muchas cosas, muchas, muchas”.
La posibilidad de que los delincuentes sean considerados en una especie de diálogo ha tenido una recepción mixta. “Nuevamente es demagogia. Estamos hablando de oración, pero aquellas personas que están matándonos lo están haciendo descaradamente”, considera Héctor Segovia Tavera, especialista de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle. “Están atacando a gente inocente, esto es porque no hay una planificación en relación a lo del orden que debe existir en un país civilizado. Siento que lo que está diciendo el presidente es demagógico”.
“Lo que tiene que hacerse, con base a tu conducta de homicidios, extorsión, secuestros, es aplicarte la ley. No puede haber diálogo, tiene que aplicarse la ley. Podemos dialogar después de que los hayan castigado y que ellos hayan entendido un arrepentimiento”, concluyó el especialista.
Unirnos para pedir por la paz: Compañía de Jesús
La iglesia jesuita en México publicó este lunes un mensaje del Episcopado Mexicano, de la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México y la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, en el cual piden a su comunidad “orar juntos por la justicia y la reconciliación para la paz”.
“Los asesinatos y desapariciones que diariamente se cometen en el país son un llamado de Dios a unirnos para pedir por la paz. La sangre derramada de estos hermanos y hermanas es la sangre de Jesús que cae a la tierra para hacerla fértil y emprender un camino por la paz”, dice el comunicado.
3 PREGUNTAS CON
Juan Carlos Montero, profesor de transformación pública de la Escuela de Ciencias Sociales del Tec de Monterrey.
¿Qué opina de la propuesta de AMLO incluir a grupos delincuenciales en la jornada nacional de oración propuesta por la Iglesia?
En primer lugar hay que enfatizar que estamos viviendo momentos de extrema violencia y me parece que estamos viviendo el periodo más violento del sexenio del presidente López Obrador. A lo mejor no hemos vivido el día más violento del sexenio, pero creo que estamos hablando de un momento de violencia desbordada.
Los primeros comentarios que se vertieron por parte de los curas señalaban que se está salpicando sangre. Me parece que es totalmente verídico para el momento que se está viviendo. Estamos viviendo un momento en donde estamos viendo que los criminales no tienen ningún respeto por nadie y podríamos decir “bueno son criminales”, pero tenían -por así llamarle- un código de honor, que hoy ya no están respetando.
El asesinato de los dos curas en Chihuahua fue pasar el límite, porque la Iglesia siempre ha sido una institución de respeto por todos los actores. Entonces, se rompió ese límite. Estamos viviendo en ese momento.
La Iglesia reaccionó con una crítica muy fuerte, el presidente también reaccionó y allí creo que es donde tenemos que separar la iglesia de las personas, y las instituciones de las personas. Los curas sí reaccionaron con una crítica muy fuerte, pero si vemos, por ejemplo la reacción del papa Francisco, fue una reacción no de criticar al gobierno, sino de lamentar la violencia.
Luego el presidente López Obrador también -en un primer momento- reaccionó contra las personas, no contra la institución, por eso les llamó hipócritas a las personas y ahora que las personas dan un paso hacia atrás y moderan su posición (asumiendo una posición más institucional con el presidente López Obrador), ahí se acerca nuevamente a la política a la cordialidad con la con la Iglesia.
Me parece que fue un momento también de reacción de las personas, más que una reacción institucional. Hoy vemos más una respuesta más institucional que personal y por eso el presidente López Obrador se ha moderado a partir del día de hoy.
Al presidente se le preguntó si esa incorporación del narcotráfico a la jornada de oración sería una invitación al diálogo o a negociar. Él lo negó, pero es importante preguntarle. ¿El diálogo tiene cabida para resolver un momento de tanta violencia como el que vive México?
Acoto la respuesta también separando lo legal, de lo ilegal. ¿Se puede aceptar el diálogo como una medida para reducir la violencia? La respuesta es sí. El diálogo sí nos puede ayudar para resolver la violencia, pero ese no va a ser un diálogo legal. Va a ser un diálogo completamente ilegal.
Me parece que esa fue la estrategia, hasta hace muy poco, del presidente López Obrador: el dejarlos hacer, dejarlos pasar, dejarlos distribuirse el territorio. Pero, hoy estamos viviendo una guerra de cárteles en donde el diálogo me parece que ya no es posible.
El presidente López Obrador exageró el nivel de diálogo, el nivel de no ejercicio de la violencia por parte del gobierno, al grado de que hoy los criminales y la gente en general insulta al Ejército, los retan, los apedrean, los escupen, de tal manera que hoy ya no se puede continuar con esa estrategia.
La respuesta es muy concreta: sí se puede reducir la violencia con el diálogo, pero ese no es un diálogo legal.
Si queremos construir la legalidad se requieren otras estrategias. El exceso de diálogo hoy nos tiene en el desastre que estamos viviendo e incluso en la debilidad que se observa en las fuerzas federales.
El asesinato de los sacerdotes en Chihuahua, ¿considera que es un punto de quiebre en la situación de seguridad y hacia dónde nos está llevando?
Me parece que sí, debe ser un punto de quiebre. Aún es muy pronto para observarlo porque estamos todavía dentro del huracán. Yo creo que lo que tendremos que observar a continuación, es si este tipo de eventos se siguen repitiendo. Si vemos más miembros de la Iglesia asesinados o no.
Es muy conocido que los criminales mantienen nexos con la Iglesia católica y han financiado construcciones de iglesias, santos que no son reconocidos a veces por la Iglesia entonces, a veces están muy juntos.
Es posible que esto sea un punto de quiebre, ¿hacia dónde nos llevaría? Puede ser a ver a la Iglesia como un jugador, lo cual sería lamentable. O nos puede llevar a un ajuste, a un nuevo límite, a que las mismas organizaciones reconozcan que se pasaron del límite y den pasos hacia atrás y podamos regresar un poco a la estabilidad que se tenía antes. A mí me parece, como analista, que el camino a seguir será el segundo.
Es decir, que los grupos criminales den pasos hacia atrás porque si la Iglesia se vuelve blanco de más ataques, será totalmente exigible por todo el mundo que el gobierno actúe con más fuerza contra los grupos criminales. Yo creo que lo más lógico será ver que los grupos criminales den pasos hacia atrás y ver una reducción de la violencia. Sobre todo, no más ataques a la Iglesia católica, a las iglesias en general.
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