En los últimos 20 años se han perdido más de 730 mil hectáreas de bosques de vegetación primaria en México, es decir, vegetación que todavía no había sido antes destruida o perturbada de alguna manera, alerta a organización Conservación Internacional.
Esto se suma a que el 84% de los bosques del país actualmente se ven afectados por la deforestación o por la degradación (pérdida parcial), lo cual también se refleja en la pérdida de servicios ecosistémicos.
En respuesta a la preocupante deforestación que ha afectado a México en las últimas décadas, Conservación Internacional anunció un ambicioso proyecto de plantación de árboles.
Se planea plantar más de 12.5 millones de árboles en diversas regiones del país, con un enfoque principal en Oaxaca y Chiapas, en un esfuerzo por contrarrestar la pérdida de bosques primarios y mitigar los efectos del cambio climático.
“Hay que recordar que durante varios años la deforestación y la degradación pararon en México y últimamente ha vuelto a cada vez a ser más fuerte. Entonces, esto es muy preocupante y necesitamos parar esta tendencia”, explicó en entrevista con Publimetro Esther Quintero, directora técnica de Conservación Internacional México
Según datos de Global Forest Watch (GFW), México ha perdido alrededor de 730 mil hectáreas de bosques primarios en los últimos 20 años. Las principales causas de esta pérdida incluyen la expansión de la frontera agropecuaria, la tala ilegal y el desarrollo de proyectos de infraestructura sin una adecuada planificación territorial.
El proyecto “Restauración de Paisajes Emblemáticos” de Conservación Internacional tiene como objetivo impactar directamente 27 mil hectáreas, centrándose en la restauración de ecosistemas prioritarios en Chiapas y Oaxaca.
La deforestación no solo amenaza la biodiversidad y los ecosistemas, sino que también contribuye significativamente a la crisis climática al liberar grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera. Se ha demostrado que la restauración de bosques es una solución natural rentable y altamente eficaz para mitigar el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial.
Conservación Internacional, con 30 años de experiencia en México, reafirma su compromiso con el medio ambiente y se compromete a desarrollar e implementar acciones de restauración que contribuyan al aumento de la resiliencia socioambiental y la reducción de emisiones por deforestación tanto en México como en todo el mundo.
3 preguntas con:
Esther Quintero, directora técnica de Conservación Internacional México
¿Cuáles son las causas de este incremento y qué cambios permitieron que crezca el problema?
— La mayor cantidad de bosques se pierde debido al cambio de uso de suelo. Esto significa que se convierten las áreas boscosas en tierras para la agricultura, principalmente. Por ejemplo, en esa situación, la producción de ganado tiene mucho que ver.
También mucho se va perdiendo por la expansión de zonas urbanas. Durante mucho tiempo, México ha tenido algunas de las mejores leyes ambientales, pero están en papel. Muchas veces eso deja de tener un control sobre lo que pasa, y esto se empieza a ver reflejado en el cambio de uso de suelo.
También es cierto que ha aumentado muchísimo la deforestación por tala ilegal. Y esto tiene que ver, de hecho, con el crimen organizado, y también en algunas zonas se va relajando la tendencia de conservar y se empieza a ver que –muchas veces a corto plazo– conviene tener un cambio de uso de suelo, como sucede en Yucatán: en las mega granjas de puercos, que se están poniendo alrededor de la selva en Yucatán, se empieza a perder el agua porque se está utilizando para granjas y para producción de quesos y se empieza a degradar toda el área, incluyendo también, por ejemplo, lo que pasa con todos los residuos de estas granjas porcícolas, ¿no? Entonces, eso ha sido lo que ha provocado este cambio.
Creo también que, cada vez más parece que las prioridades de los gobiernos se alejan un poco –o mucho– de lo que tiene que ver con la protección al medio ambiente. Esto se ha visto reflejado, en estos últimos dos sexenios, en este aumento de la degradación y de la pérdida de cobertura forestal.
¿Qué le tendríamos que estar exigiendo como ciudadanos a las autoridades?
— Me parece muy claro que nuestra exigencia debe ser, ante todo, el derecho a un ambiente sano, que es un derecho humano reconocido. Está reflejado en la Constitución, en el artículo cuarto y eso es algo que tenemos que tener muy en cuenta, porque sin un ambiente sano no tenemos nada más. Sin salud, sin servicios ecosistémicos, pues no podemos hacer nada. Los seres humanos necesitamos de la naturaleza para vivir y es un derecho humano.
Me parece que esto va por encima de todo lo demás y creo que es una exigencia que tenemos que hacer a todos nuestros gobiernos, locales y federales.
México también es un país que ha ratificado todos los convenios de diversidad biológica y el convenio de cambio climático. Tenemos los NDC, unos compromisos de captura de carbono muy altos, pero no se están cumpliendo. Entonces, creo que es una cosa muy importante que tenemos que tener en cuenta.
Los incendios forestales son, hasta cierto punto, una cuestión normal en esta época del año, por la sequía. Sin embargo, se exacerba, por un lado, por el cambio climático. Pero es un círculo vicioso porque entre más bosque perdemos, menos resiliencia tiene el bosque ante los incendios.
Y por otro lado, también es un hecho que mucha gente aprovecha esta época de incendios forestales para provocarlos y para poder, después, hacer un cambio de uso de suelo, que no sería posible sin antes haber demostrado que no había bosque.
Este tipo de cosas siguen pasando porque la gente se sigue aprovechando de las leyes.
Tenemos que decirles a los nuevos gobernantes que pongan el medio ambiente por encima de todo, porque no podemos tener un crecimiento económico, no podemos tener una vida digna sin tener un medio ambiente sano.
¿Qué podemos hacer los ciudadanos? ¿Cómo podemos sumarnos a labores como la de Conservación Internacional?
— Ahora tenemos tres programas de restauración importantes. El más grande es un programa de restauración en paisajes emblemáticos, especialmente en la sierra sur de Oaxaca y en la sierra madre de Chiapas. Se pretende restaurar no solo reforestar, sino restaurar 27 mil hectáreas de bosque, con 12.5 millones de árboles durante 10 años.
Es un programa de restauración a largo plazo. Todas las acciones de nuestra acción siempre se dan con miras a largo plazo, porque restaurar es tratar de traer al ecosistema a un estado basal, a un estado que se ha perdido. No es solo sembrar árboles, sino regresar al ecosistema a un estado que sea resiliente y que esté bien.
Estamos trabajando, en este sentido, con las comunidades. Estamos produciendo árboles nativos. Estamos reforzando los medios de vida de las personas que viven ahí para que ellos vean cómo esta restauración les trae beneficios económicos, no solamente al trabajar en estos programas, sino a largo plazo, con un ambiente mucho más resiliente, con mejor agua, con mejor aire, con mejor acceso a polinizadores, y por ejemplo, cadenas de valor resilientes en café, en cacao, en miel y demás.
También tenemos un programa de restauración muy importante en manglares en Isla Arena en Campeche. Aunque sea muy chiquito, de 217 hectáreas, los manglares son de los ecosistemas más importantes para la adaptación y la mitigación del cambio climático. Estamos trabajando con la comunidad.
Y en la Ciudad de México también estamos restaurando una pequeña parte de Xochimilco para que las chinampas sigan siendo unidades de producción agrícola y que no se pierdan en el cambio, por ejemplo, para transformarlas en zonas de fútbol o en lugares para tener fiestas, y para que sigan siendo reservorios de carbono importantes de la ciudad.
Xochimilco puede dar una protección al cambio climático de hasta 2 grados centígrados, que es una barrera para evitar inundaciones, y una fuente de agua limpia, además de comida. También estamos trabajando para mejorar la calidad de vida de los productores.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Pues creo que es muy importante que pensemos que todo lo que consumimos tiene un impacto: desde el papel del baño que compramos, debemos asegurarnos de que no se destruyan bosques. O los muebles de madera que compramos deben ser certificados en buenas prácticas forestales. Es muy importante mencionar que México tiene una vocación forestal más que agrícola, por lo tanto, la producción de madera siempre será muy importante en México, pero hay que asegurarse de que lo que compramos de madera sea de buenas fuentes y tenga buenas prácticas.
También creo que es muy importante estar bien informados. Estos esfuerzos que hacen los medios de comunicación, como ustedes, de poner más estos temas ambientales delante de la gente, es muy importante, para que sepan que hay cosas que se pueden hacer y cómo tenemos que hacerlas, como por ejemplo, exigir a nuestras autoridades.
En las redes sociales de nuestra institución tenemos todos los esfuerzos de restauración en los que estamos trabajando y las historias de éxito con las comunidades, porque siempre ponemos a la gente en el centro de nuestros esfuerzos de conservación, porque trabajamos para la gente.