El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho en reiteradas ocasiones que no le gustan para nada los videojuegos y les atribuye consecuencias indeseables sobre el desarrollo y personalidad de los menores en el país. Sin embargo, en su ‘mañanera’ de este miércoles presentó casos de secuestros contra niños y niñas relacionados con el popular videojuego Free Fire.
El juego de video irrumpió desde el 2019 en la industria y atrajo la atención del público más joven por su concepto de ‘Battle Royale’, es decir, gana el último que sobreviva entre un máximo de 50 jugadores que aterrizan de un paracaídas, en una isla donde deben coger armas y todo el equipo necesario para su supervivencia.
Las partidas del Free Fire comienzan desde una aeronave donde se encuentra el personaje que controla el jugador, en tercera persona. Así, existe la libertad para brincar en el punto que se quiera para comenzar a eliminar a los rivales mediante los elementos puestos a disposición de los jugadores.
Cabe destacar que el contenido gráfico o explícito es mínimo e incluso se puede eliminar la visualización de las pequeñas manchas de sangre cuando se elimina a los contrarios. De esta manera, a diferencia del Free Fire, existen videojuegos en el mercado que superan, por mucho, la forma explícita de las acciones vividas en la ‘Batalla Real’.
La accesibilidad convirtió el videojuego en uno de los más requeridos por niños y jóvenes. Tan solo en 2019, año de su lanzamiento, logró convertirse en el videojuego más descargado, pues no existe la necesidad de tener una consola como las de Microsoft o Sony.
El presidente López Obrador alegó que este tipo de videojuegos se utilizan como una plataforma para los criminales, los cuales actúan en contra de los grupos más vulnerables de la población haciéndose pasar por simples jugadores jóvenes para encontrar a sus próximas víctimas.