El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, ha cancelado este jueves una visita al condado inglés de Lancashire porque un miembro de su familia, del que no ha trascendido la identidad, ha dado positivo por covid-19.
Un portavoz de Downing Street citado por la BBC ha detallado que Johnson seguirá los protocolos sanitarios establecidos, se someterá a pruebas diagnósticas de la covid-19 diarias y limitará sus contactos con otras personas.
El protocolo oficial en Inglaterra establece que una persona debe aislarse durante siete días si da positivo por covid-19. No obstante, los vacunados con el esquema completo que hayan mantenido un contacto estrecho con un contagiado no tienen que aislarse, aunque se recomienda que se sometan a una prueba rápida y limiten sus contactos con personas de «alto riesgo».
La última vez que Johnson tuvo que confinarse fue en julio, después de un contacto con el ministro de Salud británico, Sajid Javid, que estaba contagiado. El ‘premier’ contrajo la enfermedad en 2020 e incluso requirió ser hospitalizado en una unidad de cuidados intensivos.
[ ¡Decídete por un Toyota híbrido ya!Opens in new window ]
La cancelación del viaje a Lancashire tiene lugar en un momento en el que Johnson está en el ojo del huracán por haber admitido que asistió a una fiesta en Downing Street durante el primer confinamiento impuesto en Reino Unido por la pandemia de covid-19.
A pesar de sus disculpas del miércoles ante la Cámara de los Comunes, múltiples voces piden la dimisión del ‘premier’, también desde las filas de su propio partido. Destacados ‘tories’, como el líder de los conservadores escoceses, Douglas Ross, que ha señalado que su posición «ya no es sostenible».
También el prominente diputado William Wgragg, que es el presidente del comité de Asuntos Constitucionales en los Comunes, ha elevado su voz contra Johnson, así como Caroline Nokes, entre otros.
Miembros del gabinete británico, como el ministro de Justicia, Dominic Raab, han expresado su apoyo al ‘premier’, al tiempo que han pedido esperar las conclusiones de la investigación que analiza lo ocurrido.
No es la primera vez que el Gobierno de Johnson recibe críticas por la celebración de fiestas en los momentos más duros de la pandemia. El 18 de diciembre de 2020, cuando regía otro confinamiento en Reino Unido, se celebró una fiesta a la que asistieron «decenas» de personas. La doctrina oficial pasaba entonces por prohibir las reuniones en interiores salvo para miembros de una misma burbuja familiar y limitar al máximo los contactos.