MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha identificado un tipo de vidrio y una arcilla que tienen una potente actividad viricida, capaz de reducir la infectividad viral más del 99 por ciento en diez minutos de contacto.
Los resultados de la investigación han sido publicados en ‘Material Today Bio (MTBio) y ha contado con la colaboración de investigadores del Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN, CSIC-Universidad de Oviedo-Principado de Asturias) y de la Universidad CEU San Pablo. También han participado investigadores del CISA-CSIC, del CIMA (Universidad de Navarra), y de la Universidad Complutense de Madrid.
Los investigadores han descrito la notable actividad antiviral de dos tipos de materiales inorgánicos: un vidrio sodocálcico y una arcilla, denominada caolín, que contiene nanopartículas de plata o de óxido de cobre, que logran desactivar la infectividad del virus. Estos dos materiales se han probado con los virus de la COVID-19, de la gripe, del herpes simple y con adenovirus y han resultado ser eficaces, igual que contra bacterias y hongos.
Esto ocurre cuando los materiales entran en contacto con los virus y provocan una reacción físico-química que inhibe el crecimiento de estos patógenos. El mecanismo de actuación está directamente vinculado con las propiedades del material, que induce la agregación del virus en el caso del vidrio o la adsorción en el caso de los materiales basados en caolín, así como de los iones liberados al medio.
«Estos materiales son capaces de inhibir significativamente el crecimiento microbiológico, tanto de origen bacteriano, como fúngico o vírico, y son perfectamente compatibles con los seres vivos y el medioambiente. Además poseen ventajas como su alta estabilidad y bajo coste, lo que los convierte en materiales excepcionalmente apropiados para la prevención y el control de enfermedades, tanto de origen bacteriano como vírico», ha explicado la investigadora del CINN, Belén Cabal.
En definitiva, según CSIC, estos materiales podrían ser utilizados como eficaces desinfectantes antivirales y en el futuro podrían servir para desarrollar medicamentos antivirales con baja o nula toxicidad.