TILOS, Grecia (AP) — Al decidir dónde poner a prueba la tecnología verde, el gobierno griego optó por el punto más remoto del mapa: la diminuta isla de Tilos.
La electricidad, los servicios básicos, incluso el acceso por trasbordador, todo es un reto para esta isla de 500 habitantes permanentes. Su problema más reciente ha sido qué hacer con el plástico.
Pero las autoridades anunciaron esta semana que están reciclando más del 80% de la basura. Un vertedero donde enterraban basura sin tratar, lo han cerrado para siempre.
La isla genera la mayor parte de su electricidad desde 2019 por medio de un parque solar y una turbina eólica conectados a baterías enormes que mantienen un suministro constante.
Tilos, con forma de S y apenas más grande que Manhattan, está en el extremo de una cadena de islas en el sureste del mar Egeo, donde la mayoría de las playas están desiertas, las cabras pastan junto a iglesias centenarias y las montañas de crestas dentadas huelen a orégano silvestre. La autosuficiencia es necesaria, y una fuente de orgullo.
Lo mismo que la tecnología.
En el puerto principal, vehículos eléctricos trasportan mercadería. Paneles solares dan energía a los tableros de información de las paradas de autobús y a una rampa que da acceso al mar para personas discapacitadas.
La alcaldesa Maria Kamma-Aliferi dijo que los cambios eran tanto más urgentes en vista de la escasa población.
“En los años 90 quedaban 270 personas en esta isla. Había pocos nacimientos. La escuela estaba a punto de cerrar porque los chicos eran muy pocos, yo era una de ellos”, dijo.
«Y la isla estuvo a punto de quedar totalmente desierta», agregó la alcaldesa.
Pero la alcaldesa se quedó y tomó cursos universitarios de economía y administración pública.
“Llegamos al borde del precipicio y creo que eso es lo que nos motiva ahora”, dijo en el lugar del antiguo vertedero, donde ahora crecen flores.