Vecinos piden acelerar retiro de cementerio de tanques en exrefinería 18 de marzo

Debido al fuerte olor a gas y las altas temperaturas, ciudadanos urgen al gobierno federal dar celeridad al retiro de más de 161 mil cilindros que se encuentran almacenados en la exrefinería 18 de marzo, en los límites de las alcaldías Miguel Hidalgo y Azcapotzalco, y que ha encendido las alarmas de residentes que se encuentran en los alrededores.

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Publimetro dio a conocer que ya son 13 colonias de la zona, pertenecientes a Miguel Hidalgo y Azcapotzalco que han denunciado que el olor a gas se ha incrementado en este 2022. Incluso vecinos de los alrededores advirtieron que debido a la temporada de calor se corre el riesgo de un tragedia en caso de no reubicar los tanques, ya que la mayoría de ellos se encuentran inservibles y en mal estado.

Al respecto, la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, de la Ciudad de México, en revisiones y monitoreo especializado aseguran que obtuvieron lectura de 0% de explosividad en pozos de la red de drenaje en las colonias aledañas donde se encuentra este cementerio de tanques LP.

Ante esta situación, la concejala Betty Hernández destacó la respuesta de Gas Bienestar para atender a una población que requiere un producto combustible de calidad con cilindros nuevos, cargas completas y mejor precio; sin embargo, pidió acelerar un plan para chatarrizarlos y que no representen un riesgo para la población.

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A considerar:

• Tras permanecer un tiempo en desuso, el predio de la exrefinería comenzó a ser utilizado por Gas Bienestar, compañía estatal creada en 2021 para ampliar la competencia en el sector de la energía. Esta empresa decidió comenzar a almacenar allí bombonas de GLP (gas licuado del petróleo) antiguas o dañadas y ya son miles las que hay en este cementerio de residuos.
• El GLP, compuesto principalmente de butano y propano, es inodoro, pero se le añade un producto llamado mercaptano que le da un olor nauseabundo para ser detectado. Los gases que produce su combustión no son tóxicos ni cancerígenos, aunque una fuga sí puede ser explosiva o asfixiar a personas en espacios reducidos.