Un grupo de diputados del Parlamento de Irlanda del Norte que representan a la mayoría de la Asamblea calificaron de “imprudente” la decisión del Gobierno central británico de modificar unilateralmente el Protocolo norirlandés pactado en el marco del Brexit, ya que consideran que implica “violar la ley”.
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Los firmantes, entre los que figura la candidata del Sinn Féin a ministra principal de Irlanda del Norte, Michelle O’Neill, defendieron que el Protocolo acordado por el Ejecutivo de Boris Johnson para evitar una ‘frontera dura’ en el Úlster representa “claras ventajas”, en la medida en que la región está abierta a “dos grandes mercados”.
Irlanda del Norte, según este acuerdo, permanece dentro del mercado común europeo, aunque para ello es necesario que existan controles en el tráfico de mercancías con la isla de Gran Bretaña. Londres esgrime que esto implica trabas inadmisibles en el comercio interior.
Los diputados norirlandeses recordaron que el Protocolo es resultado del “Brexit duro” por el que Johnson abogó “personalmente” y está incluido dentro de una batería de compromisos que él mismo suscribió. En este sentido, le instaló a asumir las consecuencias de sus actos.
“El hecho de que hayas dejado sin estas ventajas a las empresas de Gran Bretaña, con un claro coste económico, no justifica hacer lo mismo para las empresas de Irlanda del Norte”, mencionaron estos legisladores, que piden sinceridad a Johnson a la hora de explicar que dejar el mercado único y la unión aduanera implica para Reino Unido “consecuencias inevitables”.
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“Lamentablemente, confianza y honestidad no son palabras que se puedan asociar contigo o con tu Gobierno”, dijeron los diputados. Al igual que Johnson, ven margen para un hipotético acuerdo con la UE, aunque señalaron que sólo será posible “sobre la base de la confianza y el Estado de Derecho”.
Respecto a las posibles consecuencias del Protocolo en la estabilidad política en Irlanda del Norte, en particular por el incumplimiento de los acuerdos de paz de 1998, los diputados afirmaron que es el propio Gobierno central quien pretende “desestabilizar” la región.
La carta pública a Johnson no cuenta con firmas del Partido Unionista Democrático (DUP), que se negó a permitir el inicio de la actividad política en Irlanda del Norte tras las últimas elecciones hasta que tengan cambios en el Protocolo.
