Tras la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de poner fin a Roe v. Wade, muchos estados en la Unión Americana restringieron el acceso al aborto, lo que obligó a miles de mujeres a buscar opciones y, en algunos casos, poner en riesgo sus vidas.
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La desesperación crece entre los médicos por no poder ayudar a mujeres que desean interrumpir sus embarazos.
“Es muy satisfactorio atender a personas que necesitan ayuda médica urgente y responder a las llamadas diciendo: ‘Sí, por supuesto que la atenderemos’”, escribió Cailtin Bernard, doctora en Indiana en un reciente artículo de opinión en The Washington Post, en el que expresó su indignación por el maltrato que recibió desde que se reveló que ella ayudó a una niña de 10 años a abortar. “Pero durante las últimas semanas, la vida ha sido dura, para mí y para mi familia”.
Explicó que en televisión nacional se cuestionó su integridad y su ética por ayudar en abortos. “Me amenazaron. Y no puedo hablar y explicar lo que defiendo”.
La doctora Sujatha Prabhakaran, que atiende abortos en Florida, dijo a ABC News que se siente igual que Bernard. En Florida, casi todos los abortos están prohibidos después de las 15 semanas de embarazo, con excepciones como cuando la vida de la madre está en peligro, o cuando el feto tiene una anormalidad mortal.
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Prabhakaran explicó que una paciente llegó recientemente, acabando de pasar las 15 semanas de embarazo, con un feto que tenía una “anormalidad que no era compatible con la calidad de vida que su madre quería para su bebé”, y tuvo que viajar a Nueva York para poder abortar.
“Hace unas semanas, podría haberse atendido en Florida. Estoy altamente entrenada y habilitada, y no poder usar esas habilidades para ayudar a alguien que tengo justo frente a mí, te desgarra el corazón”, dijo a ABC News.
Temor y frustración de los médicos
Los médicos tienen, además, la presión de medir qué hacer que no ponga en riesgo su práctica y el poder ayudar a más mujeres.
“Todo el tiempo estamos pensando en si la decisión que estamos tomando nos llevará a juicio, y eso significa que otros pacientes no podrán tener acceso a atención médica”, dijo la doctora.
En Tampa, también en Florida, la doctora Rachel Rapkin dijo sentir que las pacientes no están recibiendo la atención adecuada.
“Después de ver lo que ocurrió con doctoras como Caitlin Bernard en Indiana, que quedan bajo un escrutinio tan intenso, los doctores están realmente asustados de proveer una atención que debería ser estándar para nuestras pacientes”, dijo a ABC News.
Como ejemplo, citó el caso de una paciente embarazada que rompió fuente después de 15 semanas, antes de que el feto fuera viable.
“Lo normal es ofrecer la interrupción del embarazo porque tienen un riesgo muy elevado de enfermar, de morir”, dijo Rapkin al medio. Sin embargo, con las nuevas restricciones, lo que están recomendando a pacientes como la de este caso es “irse a casa y esperar hasta que enfermen y luego regresar”.