Un académico del Instituto Politécnico Nacional (IPN) que se desempeñaba como jefe de la Sección de Estudios de Posgrado e Investigación, esto en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) Unidad Tecamachalco fue separado de su cargo luego de que fuera denunciado por acoso sexual desde 2018, pero fue casi cuatro años después que se tomaron acciones en su contra.
“Se adoptaron las medidas administrativas correspondientes, lo cual implicó ejercer acciones legales en contra del docente involucrado. Desde el momento que se tuvo conocimiento de la conducta denunciada, el IPN demandó terminar con su nombramiento ante la autoridad laboral correspondiente por lo cual no tiene contacto con la investigadora afectada”, explicó la institución tras una recomendación emitida por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
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La CNDH determinó que la víctima vio vulnerados sus derechos a una vida libre de violencia y al acceso a la justicia en sede administrativa.
La investigadora, perteneciente al Sistema Nacional del Investigadores (SIN) y maestra en la Sección de Estudios de Posgrado presentó una queja en la CNDH en 2018 por acoso laboral y hostigamiento sexual, dicha queja fue notificada en febrero de ese año a la Defensoría del IPN.
“El 7 de diciembre de 2018, la entonces defensora de los Derechos Politécnicos informó que el escrito ya era del conocimiento del Órgano Interno de Control (OIC) y que la Dirección de Asuntos Jurídicos de la Oficina del Abogado General interpuso una demanda ante el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje (TFCyA) para dar por terminados los efectos del nombramiento del jefe de sección por haber incurrido en faltas de probidad u honradez, además el juicio laboral está en desahogo de pruebas”.
Suplicio no terminó
Casi un año después, la víctima volvió a presentar una queja ante la CNDH para que se retomara su denuncia por hostigamiento sexual cuando realizaba una estancia posdoctoral en España, además otra por acoso laboral tras ingresar a trabajar al IPN, ya que su jefe, hasta inicio de este año, era la misma persona que había denunciado y que usaba su cargo para obstaculizar su trabajo.
La investigadora dio a conocer que durante un viaje a Barcelona, España, su jefe la abrazó, acarició y besó en contra de su voluntad, además de que le insinuó que compartieran habitación de hotel.
Sin embargo, no pudo denunciar penalmente porque el IPN la no comprobó el asesoramiento que dijo haber dado a la víctima, tampoco le ofrecieron protección para evitar el contacto con su violentador.
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También destaca que la institución no le ha reconocido su nivel académico de doctora, lo que ha hecho que no esté inscrita en la Plantilla de Académicos de la División de Posgrado, tampoco tiene un espacio para trabajar y dar clases, por lo que utiliza una sala de juntas que debe desalojar cuando la necesitan ocupar.
Si eso no fuera poco, su agresor y jefe se expresaba de forma incorrecta de ella ante otros académicos, lo cual propicia un ambiente desfavorable para la víctima.
“Se solicitó al director general del IPN que se inscriba a la víctima en el Registro Nacional y se proceda a la inmediata reparación integral del daño causado, se otorgue atención psicológica a la agraviada, se colabore en el trámite y seguimiento de la denuncia administrativa que presente la Comisión Nacional en contra de cinco autoridades responsables por las probables faltas administrativas señaladas en la Recomendación ante el OIC del Instituto”.
Finalmente, se recomendó que se reconozca su grado académico y se le designe un lugar para que pueda impartir sus clases Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura, además de contar con asesoría si decidido denunciar penalmente por los actos de hostigamiento sexual y dar seguimiento al juicio laboral.
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