Un equipo de ambientólogos, químicos e ingenieros químicos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y la Universidad Nacional de Mar del Plata (Argentina) investigó la aplicación del método de tratamiento foto-Fenton para degradar nanoplásticos de poliestireno en agua.
Este método combina una fuente de luz (radiación UV-Vis) con bajas concentraciones de hierro, como catalizador homogéneo, para activar la descomposición del agua oxigenada (H2O2) en especies altamente oxidantes, explicó la UAM en un comunicado.
Estas especies pueden degradar distintos contaminantes persistentes en moléculas inofensivas, como dióxido de carbono y agua, operando en condiciones ambientales.
Los resultados, publicados en el ‘Journal of Environmental Chemical Engineering’, revelan que el proceso foto-Fenton logra una degradación completa y rápida de nanoplásticos de poliestireno en agua, superando significativamente los niveles de eliminación de otros procesos fotocatalíticos mencionados en estudios anteriores.
Además, este tratamiento puede adaptarse a mayores concentraciones de nanoplásticos y a partículas de mayor tamaño, ajustando la dosis de reactivos y prolongando el tiempo de tratamiento.
Con base en estos hallazgos, el proceso foto-Fenton presenta un alto potencial como etapa de purificación en las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR).
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El equipo de investigación ha declarado que, “este método podría combinarse con procesos de separación tradicionales, como la filtración con membranas, para mejorar la degradación de contaminantes plásticos, reduciendo su dispersión y su impacto, y garantizando la producción de agua regenerada de alta calidad”.
El estudio fue llevado a cabo en colaboración con la empresa tecnológica Captoplastic S.L, así como con la participación de Jorge Garcia, David Ortiz, Carla di Luca, Macarena Munoz, Jaime Carbajo, Zahara Martínez de Pedro y José Antonio Casas de Pedro.
El desafío del los residuos plásticos
Gracias a sus propiedades, los plásticos son omnipresentes en nuestro entorno y se han convertido en un pilar esencial de la cultura del descarte. En 2021, la producción mundial de plástico alcanzó casi 390 millones de toneladas, previendo que dicha cifra se duplique en las próximas dos décadas.
Uno de los principales desafíos medioambientales del siglo XXI se concentran en la excesiva producción y la inadecuada gestión de los residuos plásticos. La vida útil de los productos plásticos varía desde un día —plásticos de un solo uso— hasta más de 50 años.
Usos al desecharse
- 12% recuperación energética
- 9% en reciclaje
- 8% termina en vertederos y, lamentablemente
- 71% disperso en el medio ambiente.
Esta situación representa una grave amenaza para los ecosistemas, ya que estos materiales pueden persistir durante años, tardando décadas o incluso siglos en degradarse.
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Una vez en el medio ambiente, los residuos se fragmentan en microplásticos...El agua es el principal medio de transporte de micro y nanoplásticos en el ambiente. Bajo este panorama, las instalaciones de la EDAR han sido identificadas como puntos críticos en la propagación de esta contaminación.
Aunque las actuales instalaciones pueden eliminar más del 90% de los contaminantes plásticos, la cantidad liberada en cuerpos de agua se considera altamente preocupante. Por ello, es urgente desarrollar nuevas tecnologías de tratamiento de agua que prevengan la emisión de micro y nanoplásticos desde las EDAR.