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Un proyecto artístico con más de 8.000 tazas en recuerdo del genocidio de Srebrenica

La artista bosnio-estadounidense Aida Sehovic conmemora a los muertos de Srebrenica con un proyecto que emplea miles de tazas de porcelana. Con su instalación, quiere evitar que las víctimas caigan en el olvido.En silencio, los visitantes llevan taza tras taza a las estanterías metálicas y las colocan cuidadosamente una al lado de la otra. Son tazas pequeñas de porcelana sin asa, algunas sencillas y blancas, otras con motivos coloridos; su forma es siempre la misma. Son las tazas de los muertos del genocidio de Srebrenica de hace 30 años.

Su recuerdo es el tema central de la vida de la artista bosnio-estadounidense Aida Sehovic. En la antigua iglesia carmelita de Múnich, que hoy se utiliza como sala de exposiciones, presentó en mayo de 2025 su instalación "Sto te Nema", que en bosnio significa "¿Dónde has estado?", dentro del festival "AusArten - Perspektivwechel durch Kunst" (Cambio de perspectiva a través del arte).

Hace 30 años, más de 8000 niños y hombres musulmanes fueron asesinados en Srebrenica. En 2007, la Corte Internacional de Justicia de La Haya calificó los hechos como genocidio y en 2024, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 11 de julio Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Genocidio de Srebrenica. Serbia y la República Srpska (República Serbia de Bosnia), en Bosnia y Herzegovina, habitada mayoritariamente por serbios, siguen negando hasta hoy que se haya cometido un genocidio en Srebrenica.

Una taza por cada víctima

Nacida en 1977 en Banja Luka, Sehovic pudo huir con su familia a Estados Unidos a tiempo tras el estallido de la guerra en 1992. Allí estudió arte en la Universidad de Vermont. Pero la huida de su familia y los acontecimientos en su Bosnia natal la han marcado hasta hoy. Así que Sehovic pidió a amigos y familiares en Bosnia y Herzegovina que le regalaran tazas para recordar a las víctimas.

Las pequeñas tazas de porcelana recuerdan el ritual de tomar café juntos, algo fundamental en la cultura bosnia. "Nunca tomamos el café en estas tazas solos delante del ordenador", explica Sehovic.

Algunas tazas las utilizaron las propias víctimas del genocidio, otras fueron recogidas por amigos y familiares y entregadas a la artista. Hasta ahora, ha reunido más de 8372 tazas, la misma cantidad que el número oficial de víctimas identificadas de Srebrenica. Las tazas sobrantes representan a aquellas víctimas que no figuran en las estadísticas oficiales, pero que siguen desaparecidas hasta hoy.

Una actuación en el lugar del genocidio

"Empecé con 923 tazas", cuenta Sehovic, "y luego fueron cada vez más". Al principio, ella misma colocaba y llenaba las tazas, pero más tarde se encargaron de ello unos voluntarios. En 2020, ya tenía tantas tazas como víctimas y realizó su performance directamente en el lugar del genocidio, en Srebrenica. Sehovic colocó las tazas exactamente en el lugar donde, hace 30 años, los niños y los hombres fueron separados de las mujeres y las niñas antes de ser asesinados. Muchas familias se vieron allí por última vez. Sus familiares asistieron a la actuación.

"En cuanto tocamos una taza, nos conectamos con la historia de las víctimas", afirma Sehovic. "Es algo muy diferente a leer sobre Srebrenica en una pantalla".

Símbolos de la humanidad

Por supuesto, es importante documentar las atrocidades, opina Sehovic, "pero no creo en la eficacia de las imágenes brutales". Por eso decidió no trabajar con fotografías u otros objetos que mostraran directamente la crueldad de los acontecimientos de Srebrenica. Las tazas de café, en cambio, representan el encuentro, son un símbolo de humanidad.

(aa/gg)

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