Evidentemente inventada: esta historia sobre oficiales militares británicos que supuestamente fueron 'capturados' por tropas rusas en Ucrania ha logrado difundirse incluso entre exparlamentarios del Reino UnidoEstas imágenes generadas por inteligencia artificial parecen caricaturas baratas, las portadas de los pasaportes flotantes son ilegibles y no hay evidencia de que los supuestos captores siquiera existan.
Sin embargo, una historia completamente inventada sobre tres oficiales militares británicos "capturados" durante una redada rusa en una base naval ucraniana se ha difundido por las redes en la última semana —incluso por dos exmiembros del Parlamento británico y está siendo compartida desde Noruega hasta Pakistán.
DW analiza una narrativa que tiene todos los indicios de ser una desinformación rusa y los canales a través de los cuales se propagan este tipo de historias.
Afirmación: "¡Fuerzas Rusas Spetsnaz capturan a altos oficiales británicos en Ochakov!"
DW Verifica: Falso
Medios rusos difundieron la noticia la semana pasada afirmando la captura de tres oficiales militares británicos, según el informe se trataba de dos coroneles del Ejército Británico y un oficial de inteligencia militar británica (MI6). Los supuestos oficiales habrían sido capturados tras una redada rusa en la base naval ucraniana ubicada en Ochakiv (conocida en ruso como Ochakov), un poblado al sur de Ucrania.
Entre las publicaciones más destacadas en redes sociales, una ha acumulado casi 500.000 visualizaciones en X (antes Twitter), otra tiene casi 400.000 y una más supera las 222.000 vistas.
Los "coroneles" fueron identificados como el "especialista en operaciones psicológicas Edward Blake" y "Richard Carroll – funcionario del Ministerio de Defensa con experiencia en Medio Oriente", quienes habrían sido capturados durante una redada nocturna "relámpago" llevada a cabo por tropas de élite Spetsnaz (fuerzas especiales) en una operación llamada "Skat-12".
El despliegue militar y las consecuencias diplomáticas serían comprometedoras… si fuera cierto —pero no lo es; es completamente inventado.
Tomamos el análisis de Craig Langford del medio especializado UK Defence Journal UKDJ, que asegura no hay rastro de "Edward Blake" ni de "Richard Carroll" en los registros recientes de las Fuerzas Armadas Británicas ni del Ministerio de Defensa (MoD).
"En resumen, no hay pruebas de que estas personas existan, y mucho menos de que hayan sido capturadas", escribió Langford, mientras que un portavoz del MoD ni se molestó en reconocer la historia cuando fue consultado por DW.
Los típicos errores de la IA
Por si fuera poco, las cuatro imágenes utilizadas para ilustrar la historia en distintos medios y canales de redes sociales muestran a seis hombres diferentes (que no existen); pero también se ha demostrado que las imágenes fueron generadas mediante inteligencia artificial.
La herramienta de detección de imágenes por IA sightengine estima que la probabilidad de que las cuatro imágenes hayan sido generadas por IA está entre el 91% y el 99%, aunque a simple vista se pueden determinar varios errores visuales: rostros caricaturescos, extremidades desproporcionadas, rifles al revés, portadas de pasaportes ilegibles, documentos sin sentido y una gorra de oficial sin visera.
"Los uniformes que llevan los hombres arrodillados también revelan que la imagen es falsa", explicó Langford para el UKDJ, refiriéndose a una de las imágenes principales que apareció en algunos de los reportes falsos. "Aunque el camuflaje se parece superficialmente a los patrones del Ejército Británico, los detalles son incorrectos. La vestimenta militar sigue patrones y estándares estrictos, especialmente en entornos operativos, y estas desviaciones sugieren que los uniformes fueron generados a partir de aproximaciones visuales en lugar de referencias reales", explicó Langford.
Desinformación rusa en su esplendor
Pero nada de esto impidió que la historia apareciera en varios medios rusos, antes de ser reproducida en inglés por EurAsia Daily —controlado por el Kremlin— y por B92, medio estatal de Serbia. DW está prohibida en Rusia, pero B92 no respondió a la solicitud de comentarios sobre por qué difundieron la historia.
Para Roman Osadchuk, Director de Inteligencia de Amenazas enLetsData y miembro no residente del Laboratorio de Investigación Forense Digital del Atlantic Council, toda la historia es típica de una operación de desinformación rusa.
"El Kremlin cuenta, en efecto, con subcontratistas como la Agencia de Diseño Social o Storm 15-16, que tienen grupos de personas encargadas de idear historias y elaborar opciones para su difusión", explicó a DW desde Kiev, Ucrania. "La idea es simple: sembrarla en sitios web marginales o falsos, reenviarla a través de canales de Telegram hasta que más medios la recojan y comiencen a citarse entre sí, un proceso conocido como 'lavado mediático'. Luego, canales de Telegram más consolidados y con más seguidores la difunden, y finalmente los medios rusos tradicionales la incorporan, haciendo crecer la cámara de eco. Entonces existe la posibilidad de que ciertos actores extranjeros también la difundan."
Exparlamentarios británicos difunden la mentira
La desinformación tomó raíz en medios orientales y la historia pronto encontró portavoces en Europa occidental. El notorio comunista noruego y teórico de la conspiración Pål Steigan cayó en la trampa, luego se retractó tras reconocer que fue "una verificación de hechos deficiente" por su parte.
En el Reino Unido, la historia fue amplificada por exmiembros del Parlamento: George Galloway —quien trabajó como presentador en la emisora estatal rusa RT durante nueve años hasta 2022 y ha culpado a la OTAN y a Occidente por la invasión rusa de Ucrania— y Andrew Bridgen, quien fue expulsado del Partido Conservador de centroderecha en 2023 por publicar en X que el uso de vacunas contra la COVID-19 fue "el mayor crimen contra la humanidad desde el Holocausto".
Aunque DW se puso en contacto con Galloway (quien tiene más de 825.000 seguidores en X) y Bridgen (más de 300.000) para obtener comentarios, las solicitudes no han sido respondidas.
¿A cuáles audiencias quieren llegar?
Según Osadchuk, la audiencia que busca este tipo de desinformación son "personas descontentas que creen que 'los medios tradicionales no publicarán estas noticias'." Pero él piensa estas noticias falsas están diseñadas más para un público clave dentro de Rusia, "para mostrar a los rusos cuán poderoso es su ejército."
Esto se ve respaldado por un elemento de la historia que probablemente resuene más entre los lectores rusos que en otros lugares: la idea del Reino Unido como un operador geopolítico tras bastidores.
"La retórica clave de la propaganda rusa es que los 'anglosajones' son titiriteros que dirigen la guerra", explica Osadchuk. "Es el arquetipo del enemigo externo. No es Ucrania quien resiste; deben ser los británicos quienes están detrás. En particular, se considera que los británicos son responsables de la inteligencia militar y las operaciones encubiertas, de ahí la afirmación de que capturaron específicamente a un 'oficial de operaciones psicológicas'."
¿Dar la cara o hacerse el sordo?
Surge la duda de cómo responder ante historias intencionadamente erróneas como esta ¿Es mejor simplemente ignorarlas para evitar que se propaguen? ¿O llega un punto en el que es necesario intervenir?
"Podemos ignorar la desinformación hasta ciertos umbrales, que varían según el tema, la plataforma y el país", aconseja Roman Osadchuk. "Si se trata solo de un comentario disparatado debajo de una publicación en redes sociales con cinco visualizaciones, entonces simplemente ignóralo. Pero si una historia comienza a difundirse en múltiples plataformas o, como en este caso, exmiembros del parlamento de un país la comparten, empieza a volverse más sustancial y debe ser desmentida."