Escasean la electricidad y el agua y los precios de los alimentos suben. Al mismo tiempo, Moscú presiona a los habitantes de las regiones ocupadas para que adopten la ciudadanía rusa."Nos dicen que Rusia ha hecho mucho por nosotros. Pero yo lo que veo es que no tengo suficiente dinero para vivir como vivía antes. Ante no solo tenía una buena vida: tenía una vida maravillosa. Ahora el día a día me cuesta mucho".
Quien habla es Oksana*, una mujer que vive en Novoaidar, una localidad ubicada unos 60 km al oeste de la capital regional, Lugansk, en el este de Ucrania. Poco después de que Rusia lanzara su invasión a gran escala en febrero de 2022, el ejército ruso capturó también Novoaidar, así como las ciudades de Lysychansk, Sievierodonetsk y Rubizhne, tomando el control casi completo de la región de Lugansk.
Desde entonces, la población de Novoaidar se ha reducido un tercio. "Solo los mayores se han quedado. Los más jóvenes han huido a otras partes de Ucrania o al extranjero. El único lugar donde ves gente joven es en Lugansk", dice Oksana.
La mujer asegura a DW que su localidad está sufriendo por la guerra. Su casa es una de las muchas que han sido dañadas por los bombardeos, pero las autoridades ocupantes no han entregado ayuda alguna para la reconstrucción.
Intercambio de comida entre vecinos
Antes de la invasión rusa, Oksana, quien cuida a su padre, vendía los alimentos de su propia cosecha. Ahora ya no tiene ganado y los ocupantes no le permiten vender verduras.
"Ahora simplemente cultivamos verduras para nosotros mismos o las intercambiamos con nuestros vecinos", cuenta. Oksana calcula que necesita unos 40 000 rublos al mes (unos 440 euros) para llevar una vida normal. Sin embargo, muchos en la localidad ganan menos de 200 euros mensuales.
Los empleos que se ofrecen en el pueblo se centran principalmente en el sector servicios o en la construcción. En la cercana Sievierodonetsk, en cambio, los trabajos para personas "con conocimiento de fontanería" se pagan a 120 000 rublos (1320 euros) mensuales. A menudo, también se ofrecen puestos en las redes sociales promoviendo contratos con el Ejército ruso a cambio de un sueldo de 216 000 rublos (2376 euros).
Como muchos residentes en los territorios ocupados, el padre de Oksana todavía recibe su pensión ucraniana. Para ello, debe usar una VPN (red privada virtual) para acceder al portal de la oficina de pensiones, que fue bloqueada por las tropas ocupantes. "Sin esta pensión no podríamos sobrevivir", dice la mujer.
Su padre recibe el equivalente a 61 euros mensuales. "Eso es suficiente para comprar comida barata por una semana", cuenta Oksana. La pensión de su padre, la básica en Ucrania, debe ser complementada con los ahorros familiares.
Oksana se queja de que los precios de la comida han aumentado y que en Novoaidar quedan abiertas apenas dos tiendas. "En Lugansk se pueden comprar doce huevos por la mitad del precio de acá". Por eso, cada dos semanas viaja a la ciudad a hacer compras.
No hay electricidad, agua ni internet
La administración regional ucraniana de Lugansk, que fue evacuada a territorio controlado por Kiev, se informa principalmente a través de las redes sociales sobre los problemas que aquejan a los habitantes de las zonas ocupadas.
Las personas publican reportes sobre escasez de médicos, cortes de electricidad y falta de abastecimiento de agua. "En Sievierodonetsk, normalmente no hay ni electricidad ni agua", dice a DW Oleksii Jarchenko, gobernador de Lugansk. "Supuestamente el suministro de agua se corta para reparar el equipo eléctrico, y la electricidad para trabajar en estaciones de bombeo", señala.
Cuando no hay electricidad, no hay internet. Y según Oksana, el proveedor Lugacom, que cubre la región ocupada de Lugansk, tiene muy mala cobertura. Incluso es difícil abrir la mensajería instantánea, sostiene.
Respecto a los médicos, Oksana cuenta que una vez al año un grupo de especialistas de las ciudades rusas de Krasnodar, San Petersburgo y Moscú visita Novoaidar. "Atienden a personas en un distrito específico durante un mes y después debes volver a ver a los médicos locales. Pero cuando necesitas algo, te dicen que no hay doctores y tu única alternativa es pedir dinero prestado y pagar una consulta privada", explica.
Además, revela, los hospitales no atienden a pacientes sin pasaporte ruso.
Presiones para obtener la ciudadanía rusa
Desde inicios de 2025, las personas que viven en los territorios ocupados y no han obtenido la ciudadanía rusa son consideradas por Moscú como extranjeros o apátridas, informa Jarchenko. "Esto significa que se les niegan todas las prestaciones y subsidios de la seguridad social, también el derecho a tratamiento médico", explica.
Pero adquirir la ciudadanía rusa también los hace elegibles para el servicio militar. "Cuando se hizo evidente que la mayoría de la gente intentaba evitar la obtención del pasaporte ruso, los ocupantes comenzaron a introducir cada vez más restricciones. Están creando las condiciones para obligar a la gente a obtener el pasaporte ruso", señala Jarchenko.
Vladimir Putin emitió un decreto que establece que todas aquellas personas no tengan la ciudadanía rusa deberán abandonar los territorios ocupados antes del 10 de septiembre.
Pese a ello, Oksana quiere quedarse y ver qué pasa. "¿Por qué tendría que ir a mendigar a otro lado cuando lo tengo todo aquí?", pregunta. "Estamos esperando que todo vuelva a ser como antes. Esa es la actitud de la mayoría de la gente aquí".
*El nombre de la persona entrevistada fue cambiado por razones de seguridad.
(dzc/ms)