Al grito de “esto ya empezó a moverse”, Alessandra Rojo de la Vega, alcaldesa de Cuauhtémoc, ha lanzado una convocatoria abierta a la ciudadanía para sumarse a una marcha y foro el próximo 31 de agosto en la Ciudad de México. La movilización, que arrancará a las 11:00 horas desde la Diana Cazadora y culminará en el Foro Lindbergh del Parque México a las 13:00 horas, ha sido promovida como “el primer gran encuentro de la resistencia democrática”.
En sus redes sociales, Rojo de la Vega explicó el origen del movimiento:
“Miles de personas me escribieron diciendo, ‘Yo quiero hacer algo, ¿qué podemos hacer?’ Por eso les propongo reunirnos el próximo 31 de agosto”. Subrayó que se trata de un esfuerzo ciudadano y plural, alejado de partidos políticos o intereses personales.
En redes sociales han surgido voces que afirman que la resistencia debe surgir en la calle, porque si quienes están en el poder no tiemblan aún, ahora deben prepararse.
En ese sentido, desde la cuenta de Minuto Crítico MX en Tiktok se mencionó: “No hay medias tintas. Si el oficialismo avanza sin freno, no será por fuerza, sino por omisión. Nos vemos el 31 de agosto, no porque nos invitaron, sino porque es nuestro turno.”
Reacciones divididas y tensiones políticas
La iniciativa ha generado opiniones encontradas. Mientras algunos sectores aplauden el llamado, otros han respondido con escepticismo. La presidenta Claudia Sheinbaum fue cuestionada sobre la marcha durante su conferencia matutina del 11 de agosto, y minimizó el impacto de la convocatoria.
Por su parte, figuras como Simón Levy intentaron sumarse al movimiento, pero fueron desmarcadas públicamente por Rojo de la Vega: “La convocatoria no es un esfuerzo conjunto, sino un espacio abierto donde cada participante aporta desde su perspectiva”, aclaró.
El evento se enmarca en un contexto de creciente polarización y debate sobre el equilibrio de poderes rumbo a las elecciones de 2027.