La vigilancia de microorganismos infecciosos a través de aguas residuales permite rastrear la propagación de enfermedades con casi un mes de anticipación respecto a la vigilancia epidemiológica convencional, destacaron expertos durante la V edición del Foro “El desafío de las infecciones intrahospitalarias”.
“Los datos sobre aguas residuales pueden mostrar cambios en las tendencias de las enfermedades antes de que se observen en los casos clínicos”, afirmó la doctora Celia Alpuche Aranda, investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
El monitoreo de aguas residuales es independiente de los sistemas médicos, lo que permite detectar infecciones como influenza, Virus Sincicial Respiratorio y SARS-CoV-2 en comunidades, incluso cuando las personas no presentan síntomas. Según la especialista, esto convierte al sistema en un método de vigilancia más rápido y eficiente.
“Esta información puede utilizarse para preparar a los proveedores de atención médica y a los sistemas hospitalarios ante aumentos de hospitalizaciones, además de fundamentar otras estrategias de prevención en salud pública”, agregó la Alpuche, quien dirigió el Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas del INSP.

Alta transmisión de COVID-19
La investigadora destacó que analizar una sola planta de tratamiento de aguas puede ofrecer información sobre las tendencias de enfermedades para cientos de miles e incluso millones de personas.
Además, alertó sobre la alta transmisión de COVID-19 en el sur de Estados Unidos, advirtiendo que podría llegar a México en dos o tres semanas. “No nos damos cuenta porque parece un catarro, pero es altamente riesgoso para personas con comorbilidades. Es importante usar mascarilla y mantenerse atentos”, recomendó.

El foro, celebrado en el Hospital Médica Sur, reunió a líderes en enfermedades infecciosas como el doctor Samuel Ponce de León Rosales (UNAM), la doctora María Enriqueta Baridó Murguía (Asociación Mexicana de Cirugía General) y el doctor José Ignacio Santos Preciado (CONACEM).