Carlos solía ser un hombre, que aparentaba seguridad en sí mismo; ya se darán cuenta más adelante porque digo que aparentaba. Solía ser divertido, ávido de explorar el mundo, amante de la naturaleza y de su conservación, exitoso empresario, sin embargo atrapado y aburrido en un matrimonio desgastado, en donde no se sentía valorado.
Ella veinte años menor, aunque poco atractiva era astuta, preparada, ambiciosa, decidida a escalar hacia mejores posiciones a cualquier costo.
Se conocieron en un evento en el que ella lo abordó para expresarle lo mucho que lo admiraba, hablándole cómo si se conocieran de siempre, situación que a Carlos le causo gracia.
Nadie se explicaba cómo se podía dar un encuentro entre dos personas que parecen tan distintas, nadie sabía que los dos padecían de un mismo tipo de rubéola espiritual que los marcaría para toda la vida y que les haría coincidir.
La relación se fue dando; pero no crean que de poco a poco, no, fue más bien como una ola enorme que de repente lo llevo y no pudo hacer más nada que dejarse arrastrar por ella.
Rosa le daba todo lo que él necesitaba en ese momento; compañía, comprensión, valor, sexualidad sin límites; hacía todo para que él estuviera “feliz”.
Al mes de conocerla Carlos dejó su casa, logró el divorcio ayudado por Rosa quien se presentó ante la esposa para agilizar los trámites. Se dedicaron a viajar: Paris, Argentina, Cambodia, Vietnam.
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Así fueron pasando los años en donde Carlos se volvió dependiente emocional y fisicamente, atrapado en esa relación tóxica que poco a poco lo fue destruyendo dejó a los amigos con los que disfrutaba compartir, peleo con sus hermanos, no volvió a ver a sus hijas, y cayó en el alcoholismo.
Ella negociaba su relación cuando algo no le convenía lo dejaba por un tiempo para siempre volver.
Cada vez le trataba peor. él no soportaba la idea de quedarse solo y se fue transformando con tal de que ella se quedara, no le importaba que le robara, le ocultara cosas, lo engañara.
Discutían, se arreglaban y así la angustia se volvió parte de su vida, los síntomas y el deterioro eran cada vez mas severos, se perdió a sí mismo, hasta que un día su atormentado corazón dejo de latir.
¿Piensas que esta persona en verdad lo quería?
¿Piensas que alguien que no actúa desde la bondad y la compasión puede amar?
Muchas personas quedan atrapadas por miedo a estar solas, el trabajo personal nos ayuda a darnos cuenta.
Cuando ya no hay amor en una relación debemos ser capaces de verlo y tomar la decisión de irnos , porque si nos quedamos terminaremos destruyéndonos a nosotros mismos.
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