La revocación de mandato es un derecho ciudadano que fue establecido en la Constitución por las Cámaras de Senadores y de Diputados, así como por los congresos de las entidades federativas para avanzar en la construcción de una democracia participativa.
En ese sentido, el ejercicio que, por primera vez en la historia, se realizará en nuestro país reconoce que las y los mexicanos, de ahora en adelante, podremos decidir a la mitad de cada periodo presidencial si deseamos que el titular del Ejecutivo Federal continúe o sea removido del cargo.
Por ello, es indispensable que todas las autoridades actúen con toda responsabilidad, con absoluto apego a la Ley y, en el caso de quienes tienen la encomienda de que se lleve a cabo la consulta ciudadana, lo hagan con total imparcialidad.
Esta acción inédita hasta ahora, propuesta originalmente por el propio Presidente de la República como una muestra de su inquebrantable voluntad democrática exige que se garantice que la ciudadanía pueda hacerlo de manera informada, en total libertad, sin sesgos, pero también sin dificultar el fortalecimiento de nuestra democracia.
Desde hace algunos meses, la resistencia de muchos sectores, incluyendo a la autoridad electoral, se ha hecho evidente. Primero no querían acatar la legislación sino hacer sus propias reglas; cuando no tuvieron más alternativa, interpretaron la ley a su conveniencia, y en ambos casos fue la Corte quien les obligo a cumplir la ley.
Aun así, la ciudadanía quien es la verdadera protagonista de esta historia, ha tenido que enfrentar en ocasiones la visión y la actuación de quienes aún piensan que las y los mexicanos no estamos preparados para vivir en democracia. El camino no ha sido fácil.
Todos debemos hacer nuestra parte y se debe respetar la veda electoral en la promoción de programas u obras de gobierno, pero también existe la libertad, de apoyar a nuestro Presidente ante los embates y calumnias de la guerras sucia en su contra.
Las autoridades electorales deben entender que solo son un árbitro imparcial y dejar de actuar como si tuvieran algún interés particular que puede afectar el desarrollo del proceso. Aún ante circunstancias, a veces adversas, debemos confiar en que la consulta sobre la revocación de mandato será exitosa sobre todo porque quienes organizarán y participarán realmente en el proceso será la misma ciudadanía.