En una nueva declaración sin reflexión ni sustento, el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, aseguró que los consultorios situados en las farmacias de conveniencia “son un engaño y solo buscan hacer negocio”. A pesar de reconocer que son necesarios, pues hoy no tenemos un sistema de salud de calidad y eficiente.
Difícil pensar que los consultorios de farmacias pretendan atender los graves problemas de salud como la diabetes, problemas cardiacos o alguna otra enfermedad crónica. Las farmacias son un primer contacto con pacientes que, como el mismo subsecretario dice, atienden padecimientos leves como gripes, problemas estomacales o dolores leves.
Desde luego que las farmacias pretenden vender medicamentos, es claro que parte de su estrategia de ventas incluye instalar consultorios adjuntos a sus sucursales con la finalidad de que las recetas que se prescriben se compren en sus instalaciones, eso no es ninguna novedad.
Lo realmente lamentable no es que las farmacias quieran vender más, sino que los mexicanos no acudan a las instituciones federales de salud por su precario servicio a la población.
Existen entre 16 mil y 18 mil consultorios, en ellos hay médicos acreditados por diversas instituciones de educación, que aceptan las condiciones en las que se les contratan. Las malas prácticas de los médicos se pueden dar tanto en los consultorios de farmacias como en los del sistema de salud gubernamental.
La regulación es bienvenida, el tener mejores condiciones de salud en beneficio de los ciudadanos no es solo una necesidad sino una obligación del gobierno. No es con palabras al aire, con declaraciones sin reflexión y realizadas con el “estómago” con las que se arreglan los rezagos de salud, que hoy se ven incluso peor que antes.
Recordemos que el Gobierno Federal negó la vacuna contra el Covid a todos esos médicos de consultorios adyacentes a las farmacias privadas que sí recibieron a innumerables pacientes como primer contacto durante el inicio de la pandemia, no solo se les dio la espalda en ese momento, sino que ahora se les señala al sugerir que se dieron fallecimientos en esos espacios por malas recetas.
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López Gatell termina por reconocer que al no tener un sistema de salud pública funcional -es decir como el de Dinamarca-, los consultorios de farmacia permanecerán, pues no hay de otra. Y con esto sella una más de las declaraciones sin reflexión.
No hay solución, pero al mismo tiempo ataca una de las pocas opciones de los mexicanos para ser atendidos en materia de salud, muy al estilo del subsecretario.