Opinión

Normalizar la narcocultura

La afición pide la salida del Cata Domínguez I Mexsport
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La narcocultura en México y en buena parte del mundo se ha normalizado de manera alarmante. Es una realidad que millones de personas consumen diariamente series, películas, videos musicales, narco corridos y diversas expresiones que glorifican a los criminales y en especial a los narcotraficantes.

En nuestro país se ha normalizado de manera preocupante el entorno relacionado al crimen organizado, tanto que en celebraciones, como el día de muertos, se ven ya de manera regular disfraces que tienen relación con algún capo de la droga o con la misma dinámica del tráfico de estupefacientes.

Miles de jóvenes han visto en estos líderes del crimen a ejemplos a seguir. La visión que hoy tienen muchas personas sobre los capos es que son todo poderosos, exitosos, ganadores, millonarios que cuentan con lujos y excesos. En un país que, según la Cepal, alcanza más de 52 millones de pobres, el pretender llegar a esa supuesta riqueza se muestra tentador para muchos, sin que sea un justificable.

La falta de educación, oportunidades, así como la disfunción en el núcleo familiar y condiciones económicas deplorables se muestran como el ingrediente perfecto para detonar que la narcocultura no solo se quiera alabar, sino que se imité y que se pretenda como objetivo. Miles de jóvenes en nuestro país piensan que es un camino a seguir.

En días pasados, el capitán del Cruz Azul, Julio César “el Cata” Domínguez, fue protagonista de una polémica que ejemplifica a la perfección la glorificación de la cultura al narco. Así como la falta de sentido común, valores y comprensión sobre las implicaciones del más grave problema que aqueja a México.

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Idolatrar en la fiesta infantil de tu hijo a “El Chapo” Guzmán, invitar a amigos menores de edad a la celebración, compartir imágenes y no darte cuenta del error tan grave que eso implica, refleja a la perfección la falta de concientización de un problema y la falta de sentido común de un profesional, quien debería ser un líder para su comunidad.

Peor aún que las instituciones del deporte y del equipo tardaron una eternidad en manifestar una postura y muchos días después, por presión mediática y en redes sociales, un castigo que claramente es insuficiente. Habrá quien piense que fue un tema personal, no lo fue. El futbolista en cuestión es un líder de opinión, un ejemplo para niños y jóvenes, quien además mostró el escudo de su institución.

Es una pena que se normalice la narcocultura, es una pena que un deportista no entienda por qué hizo mal, es una pena que las autoridades deportivas no pongan castigos ejemplares. Después de esto no sorprende el problema tan grave en materia de seguridad en México, todo muy mal.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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