Al clima se suma el resultado de las deudas menos el salario mensual, y luego se multiplica por el tiempo transcurrido desde Navidad elevado a la potencia determinada por los días en que se ha fallado en los nuevos propósitos y se divide entre la escasa motivación y la imperiosa necesidad de actuar.
La fórmula es un galimatías, pero fue empleada por el psicólogo Cliff Arnall a principios de este milenio para determinar que el tercer lunes de enero fuera considerado el blue monday o el día más triste del año.
La posibilidad de que te salpique la tristeza no depende únicamente del resultado de una fórmula, pero sí de una serie de factores que pueden potencializarse en las primeras semanas del año, como el clima, que genera una condición conocida como Trastorno Afectivo Estacional.
Además, la euforia de las fiestas ha pasado y se junta con la percepción, en algunos casos, de haber planteado propósitos que empiezan a parecer difíciles de cumplir.
A estos factores los complementa la cuesta de enero y otros de tipo social y personal, como pueden ser problemas o ruptura con la pareja sentimental.
Ahora que la nueva canción de Shakira y el productor BZRP, “Sesión #53″, se ha viralizado y roto los récords de vistas en plataformas de música como YouTube, podemos reflexionar sobre las oportunidades que tenemos para evitar que la tristeza nos salpique.
Esta es una emoción que todas y todos hemos experimentado en algún momento, generada por una pérdida, desilusiones, fracasos u otras adversidades.
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Experimentarla nos permite superar la situación que la provoca y empatizar con la aflicción de otras personas, fundamental para la creación de redes de apoyo y consuelo. No es signo de debilidad, por lo que debemos permitirnos estar tristes.
Aproximadamente el 10% de las atenciones por contención emocional en las que apoya el Consejo Ciudadano de la CDMX —por la Línea de Seguridad o Chat de Confianza 55 5533 5533— es por tristeza, aunque no significa que esta emoción no esté presente en otras situaciones por las cuales las personas buscan ayuda.
Para gestionar esos momentos de aflicción es recomendable procurar la compañía de seres queridos, llorar si es necesario y aceptar que es un sentimiento natural; cuidar el aspecto físico y ocupar el tiempo puede ser de gran ayuda.
Mantenerte activa o activo ayudará a enfocar tus emociones en aspectos que te puedan generar alegría, como podría ser escuchar música.