La violencia que se vive en todo el país, es consecuencia de la complacencia del gobierno federal de Morena con el crimen organizado. Los abrazos que les da el presidente López Obrador a las bandas delincuenciales, han generado impunidad y que sin recato, amenacen, agredan, extorsionen o vulneren a los mexicanos.
La situación que se vive en todo el país, especialmente en Guerrero, deja al descubierto la deficiencia del gobierno de Morena para atender y resolver los problemas de inseguridad. No han querido ponerles un alto a los delincuentes porque como ya se sabe, son ellos quienes financian al partido del Presidente.
Es lamentable que, en los más de 5 años de esta administración, más de 173 mil personas han sido asesinadas y más de 49 mil se encuentren desparecidas. Los datos oficiales demuestran que este gobierno ha triplicado, en algunos delitos, las cifras de incidencia delictiva.
Morena ha superado todos los récords en cifras de inseguridad. Los asesinatos, las desapariciones, los secuestros y las extorsiones han incrementado durante este sexenio. Incluso, el actual proceso electoral, va en camino a ser el más violento de la época contemporánea.
Ante la complicidad del gobierno con el crimen organizado y ante el miedo que inunda las calles del país, se han tenido que tomar medidas alternas para recuperar la paz.
Los ministros de culto han tenido que pedir a los delincuentes que cese el derramamiento de sangre, que dejen de violentar a las poblaciones. Este acto habla de la completa ausencia del gobierno federal.
En lugar de contener la ola de violencia, Morena ha dejado en el desamparo a los mexicanos. Hoy, las familias mexicanas están de luto, están dolidas y lloran por sus víctimas. El crimen organizado ha dañado a nuestro país y Morena, con su silencio, ha sido cómplice.