La irrupción de las fuerzas de seguridad ecuatorianas a la Embajada de México en ese país, es altamente grave y violatorio de los acuerdos del derecho internacional. La agresión que sufrieron los diplomáticos mexicanos es injustificable. Es un hecho sin precedentes.
La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, aprobada el 18 de abril de 1961 y vigente desde 1964, establece las relaciones entre las naciones para fomentar la paz, la amistad, la cooperación y el buen entendimiento.
Las embajadas de México en el extranjero representan y protegen los intereses de nuestro país en esos países. Además, sirven de conducto para desarrollar relaciones comerciales, económicas, científicas o culturales. En ese sentido, la Convención ha dispuesto que tanto los agentes diplomáticos como los documentos, sedes y correspondencias son inviolables y gozan de protección e inmunidad.
Es por ello, que resulta altamente preocupante que el Estado ecuatoriano haya vulnerado la Convención de Viena e irrumpido violentamente en las instalaciones de la Embajada mexicana.
No obstante el lamentable hecho sucedido en la embajada mexicana, los comentarios negativos que desde Palacio Nacional se emiten en contra de otros mandatarios deben cesar. Se puede estar de acuerdo o no con las distintas formas de gobierno, pero intentar inmiscuirse en asuntos que le son ajenos al Estado mexicano debe parar.
Esta ruptura traerá consecuencias para ambas naciones. Por el bien de la región, de la economía, la seguridad y la estabilidad política, debe buscarse una conciliación. Los acuerdos internacionales obligan a un respeto mutuo y es así como deben conducirse nuestros países.