Por Norma L. Magaña Rodríguez
No sé por dónde empezar: inquietud, ansiedad, largas noches insomnes, procrastinación, apetito por lo dulce, labilidad emocional, sobrepeso que desespera y ninguna dieta depura, disciplina renuente, cansancio, piernas pesadas, estómago voluble… será que el trauma sigue ahí y el cuerpo emite señales para abordarlo… ¡nuevamente!
Gabor Mate menciona que el trauma, sus efectos, aparecen inusitadamente, en momentos que aparentemente no tienen relación con el mismo, que son totalmente inconscientes y muchas veces desmesurados, amplificándose ante nimiedades, repetidamente, hasta que generan una reacción imposible de ignorar o tal desencuentro consigo mismo o con otros, que la única opción es pedir apoyo profesional.
Ahí, a través del trabajo terapéutico profundo, se descubre el hilo conductor que llevará a la raíz del evento, es posible indagar, entender y quizá comprender de dónde viene, visibilizando los elementos que lo construyeron; reparar el daño siendo compasivos consigo mismos y tomar responsabilidad en los hechos (a veces es imposible, pero si en la manera de responder en situaciones futuras).
Entonces, poco a poco, a través de la auto observación, se podrán identificar, hacer conscientes y procurar evitar reaccionar desde ese lugar.
Es un proceso que toma su tiempo; hay eventos guardados en la memoria, a veces desde la infancia temprana, que a los 40, 50, 60 o más años, persisten, indicando que hay algo que no ha visto la luz ni ha sanado.
Relevante prestar atención a lo que distrae durante el día, en qué momento, durante que actividades, qué emociones y sentimientos genera. Si la incomodidad es tan grande que impide continuar lo que se esté haciendo, es una señal importante.
PUBLICIDAD
Realizar un breve registro de estos eventos, valdrá de guía durante una sesión terapéutica. Si regularmente se hacen breves anotaciones, se convertirá en hábito y aportará cada vez mayor claridad al pensamiento, los eventos, las emociones y finalmente al lenguaje y la postura frente a lo que se ha vivido.
Las breves anotaciones poco a poco irán tomando cuerpo, sumándose detalles, temporalidad, participantes, reacciones y desde luego, emociones y efectos de los eventos.
Paradójicamente también se descubrirán agencias personales, desapercibidas durante los eventos, que, sin embargo, en el transcurso del tiempo, han colaborado en la construcción del humano completo que hoy se mantiene en pie.
Dicha escritura es personal, ahí se puede verter todo tipo de vivencias, emociones, enojo, frustraciones, en lenguaje sencillo, procaz, sarcástico, furioso, grosero. Por confidencialidad solo podrá ser compartida con el terapeuta, si acaso, el escribiente lo elige.
Recapitulando: Silenciar pensamientos o sentimientos agobiantes o angustiantes, suma a síntomas y enfermedades auto inmunes; desafortunadamente para sobrevivir a un trauma, abuso, maltrato u omisiones de cuidado, a veces no expresar nada, es un seguro de vida que se paga a largo plazo.
Llegará el momento en que el cuerpo exprese esas cargas y las enfermedades empiecen a emerger, silenciosas en principio, con síntomas mínimos, que al tiempo, muestren su cruda realidad.
Buscar la manera de expresar lo que incomoda, duele, agrede, enoja y también lo que se sueña, anhela, desea, es empezar a aligerar cargas, es hilar la historia con puntadas finas, resistentes, resilientes, hasta ver el cuadro completo…
Con el modelo integrativo de C7 (que combina diversos enfoques terapéuticos), también se identifica el origen de muchos conflictos, no sólo originados por eventos traumáticos, sino también por factores temperamentales, la forma en que nos relacionamos, la manera en que regulamos las emociones, el contexto familiar y social que habitamos, entre otros….
¡TU IMPORTAS! Y en C7 Salud Mental estamos para escucharte y atenderte.
Acércate a nosotros, además de psicoterapia, ofrecemos diversos cursos y talleres para vivir tu día a día desde otra perspectiva.
C7 Salud Mental
+52.56.2009.7046
FB: @saludmentalc7
IG: @saludmentalc7
c7saludmental@gmail.com