Diego Santoy, quien protagonizó uno de los crímenes más mediáticos de los últimos años en Monterrey, se graduó como abogado en el Centro de Reinserción Social de Cadereyta.
En 2006 Santoy fue condenado por la muerte de los hermanitos Peña Coss, sin embargo, ahora su vida cambió rotundamente porque ya forma parte de una generación de graduados de la Universidad Ciudadana.
Con toga, birrete y acompañado de su familia, Santoy recibió su título de manos de Luis Donaldo Colosio Riojas, senador de la República y Javier Navarro, secretario general de Gobierno.
Diego Santoy, además se casó en prisión con una mujer llamada Lety, presuntamente presidenta de su club de fans. Tiene un hijo de 12 años y se espera que salga de prisión cuando tenga poco más de 60 años porque, según la ley, no puede purgar más de 40.
El tristemente caso Santoy-Coss
¿Un pacto suicida entre Santoy Erika Peña Coss?, ¿un joven enamorado y despechado?, ¿una novia que no era lo que aparentaba?, ¿un crimen que nunca debió haber ocurrido? El 2 de marzo se cumplieron 18 años de un hecho tan trágico que Monterrey aún lo recuerda, como si acabara de suceder: el asesinato de Erik Azur y María Fernanda Peña Coss?
Los niños de 8 y 3 años, respectivamente, fueron victimados por Santoy, exnovio de Erika. Un enamorado dispuesto a todo con tal de recuperar a su chava. Dispuesto, incluso, a llegar al crimen, por eso se le conoció como “El asesino de Cumbres”.
Cada 2 de marzo, cuando se cumple el aniversario luctuoso, surgen nuevas hipótesis de lo que sucedió en la residencia ubicada en la calle Monte Casino 2909 de la colonia Cumbres, de Monterrey.
En una primera versión, Diego, capturado por las autoridades en Oaxaca, desde donde planeaba huir a Guatemala, confesó ser el autor del asesinato.
Después cambió su versión y señaló a su exnovia, Erika, como la responsable del crimen. Incluso dijo que fue idea de ella que la golpeara con un martillo en la cabeza y que le cortara el cuello.
La defensa encabezada por la tristemente célebre abogada Raquenel Villanueva, logró reducir la sentencia de más de 140 años, a la mitad.
Desde entonces han surgido voces que condenan a Diego por haber privado de la vida a los niños, pero también hay otras que apoyan al exestudiante de ingeniería.