Esmeralda Millán, víctima de violencia ácida, pide la pena máxima para su expareja, Fidel “N.”, quien la atacó en 2018 y cuya audiencia se realiza este miércoles en la Casa de Justicia.
Tras cinco años de proceso, hoy se lleva a cabo la esperada audiencia de fallo en contra de su agresor y padre de sus dos hijos, quien está acusado y detenido por tentativa de feminicidio.
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La pena podría alcanzar 40 años de prisión y de ser así, se convertiría en la segunda sentencia en México y América Latina.
La mujer comentó que desde que sufrió la agresión su vida no ha vuelto a ser la misma y ha tenido que enfrentar un sufrimiento constante por las cirugías y los insultos que ha recibido respecto a su físico.
“Para mí ya no me puede regresar lo que fui, este sufrimiento que vivo constantemente en cirugías de los tratamientos para poder recuperar lo que un día fui, nadie me lo va a reparar, mis cicatrices las llevo muy adentro”, señaló.
Familiares, amigas, así como Carmen Sánchez, la primer mujer en lograr un fallo condenatorio contra su agresor, se manifestaron afuera de la Casa de Justicia en San Andrés Cholula, con consignas y muestras de apoyo a Esmeralda.
“Van a volver, van a volver, el ácido que arrojaste lo pagaras, las mujeres que tú quemaste no morirán, no morirán”, expresaron.
El 2 de diciembre de 2018, su expareja, Felipe N., le provocó quemaduras graves en el rostro, cuello y extremidades. Y en al menos 14 ocasiones el juicio contra el hombre se pospuso.
Esmeralda ha exigido una pena ejemplar, ya que tiene temor de que su agresor vuelva a salir y termine por hacerle daño; además, también pide que los otros dos hombres que lo acompañaban el día de la agresión sean detenidos.
Carmen Sánchez fue la primer mujer que logró una sentencia por un ataque con ácido en su contra, en mayo del 2023, nueve años después desde que su expareja, Efrén García la marcó de por vida.
La jueza María de Jesús Cabrera del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México condenó a Efrén García a 46 años y ocho meses de cárcel por cometer un feminicidio en grado de tentativa, siendo esta la primer sanción ejemplar conra la violencia ácida en América Latina.
