Las elecciones del 3 de noviembre van a ser importantes, no sólo para Estados Unidos, sino también para México y para la comunidad latina por las implicaciones, relaciones y nexos comerciales, culturales y sociales que tiene la región con el país norteamericano.
¿Qué tanta importancia tiene el voto latino?
– Yo creo que nunca ha sido más importante un proceso electoral presidencial, por lo menos en la historia más cercana nuestra, de la que estamos viendo para el próximo 3 de noviembre. En Estados Unidos ya está el proceso electoral andando. Más de 20 millones de estadounidenses ya han ejercido su voto, ya sea anticipado o por correo.

– Esta es una elección que, en efecto, concluye el 3 de noviembre, pero que ya ha comenzado en distintos estados de la nación. La Florida comenzó en esta semana, hace unas semanas lugares como Georgia, Carolina del Sur, ya abrieron las urnas para el voto anticipado. Pero, la importancia del voto latino. Es impresionante pensar en que hay 32 millones de latinos en Estados Unidos elegibles para votar el próximo 3 de noviembre.
32 millones de personas que pudieran y tienen el derecho de ejercer su voto. Latinos nacidos en Estados Unidos o ciudadanos estadounidenses de ascendencia hispana. Hay más latinos elegidos para votar el próximo 3 de noviembre, que electores en España. Se trata de una ola de personas que pudiera hacer una diferencia extraordinaria en estas elecciones. Nosotros, los latinos aquí en Estados Unidos.
¿Cómo ha sido el proceso para llegar a convertirse en el periodista destacado que es hoy en día?
– Creo que toda mi vida he querido prepararme, estudiar y leer. Y mis más grandes enseñanzas han venido, no de presidentes o príncipes o gente famosa. Mis enseñanzas profesionales y hasta personales -te diría yo- las más grandes han sido de personas humildes que no piden nada a cambio de su labor y de su trabajo. Personas que están haciendo su propia historia e historial de servicio. Personas que sin pedir nada a cambio, que no son los que reciben los titulares o que piden titulares, pero que están haciendo su propio legado y servicio. De esa gente son de los que más he aprendido.
Como en el terremoto de 1985 en México, cuando vi cómo el pueblo de la capital se unió para salvar a otras personas que no conocían. Lo vi después, en el segundo terremoto de septiembre, donde también estuve.
Y en esa cobertura del segundo horrible terremoto de septiembre de México, recuerdo, por ejemplo, a una señora que estaba justo a mi lado. La conocí en las afueras del edificio Álvaro Obregón, donde se murieron tantas personas. Había familiares de los desaparecidos en las afueras que estaban en la intemperie esperando que alguien los ayudara o les diera información sobre sus seres queridos desaparecidos bajo los escombros hacia el edificio. Que por cierto, el gobierno mexicano federal poco ayudó a esa gente y a otras personas.
Pero ahí en las afueras, esas familias esperando en la intemperie no tenían qué comer. No había nada. Entonces la gente venía. Y de todas partes de la capital venían a darles de comer a esas personas y hasta nosotros que estábamos ahí cubriendo. Estuve tres días afuera de Álvaro Obregón esperando que vinieran las autoridades federales para ayudar. Nunca me cansé de esperar, pero nunca llegaron.
Conocí a una señora de Chiapas que vivía en la capital, y ella vino con una bandeja de pan y se lo estaba ofreciendo a todos. Le pregunté “Señora, cuénteme qué hace” y me dijo: “Soy de Chiapas, vivo aquí en la capital mexicana y mi familia de Chiapas me manda este pan para mí y para mi familia, pero yo se los estoy dando a esta persona que tanto lo necesita” y yo pensé “¡Qué extraordinaria lección de vida!”. Una señora que vive con muy poco, humilde y que el pan que ella recibía para su familia lo estaba donando a otra persona. Para mí esa es una lección de vida que se ha quedado mucho más conmigo que una entrevista con un presidente o una celebrity.
¿Y sabes qué? Están por todas partes. Esa señora existe en todas las ciudades y pueblos de este país y del mundo. Y tienen una vida tan ejemplar de servicio hacia su propia familia. Son los que de verdad son los pilares de nuestros países. Yo creo que es tan importante siempre recordar a esas personas. Y mostrar a esas personas. Porque todo lo bueno, todo lo lindo de nuestras sociedades son de personas como ella.
¿Qué momento considera que marcó un antes y un después en su carrera?
– Fue en el año 1984. Yo era un joven de 23 años que estaba recién comenzando su carrera periodística y que había trabajado un poco en la radio, en la prensa escrita. Y entonces, de la nada -porque no tenía experiencia en televisión- me llaman de Spanish International Network, que era la primera y única cadena de televisión hispana nacional en Estados Unidos y que estaba recién comenzando. Me ofrecen ir a Centroamérica a basarme en San Salvador, en El Salvador y cubrir todo el proceso centroamericano.
La guerra estaba muy fuerte a finales del 84 en El Salvador, pero había afectado a todos los países casi de Centroamérica: Honduras, hasta Costa Rica que no estaba involucrado en nada, Nicaragua… ni hablar. Entonces, mudarme a El Salvador para cubrir los procesos y ser testigo de lo que estaba ocurriendo en todo Centroamérica, esos casi dos años que estuve allí cubriendo todos los acontecimientos en Centroamérica (incluyendo, por cierto que no es Centroamérica, lo conocemos, pero el terremoto de México septiembre 1985).
Todos esos marcaron en mí un antes y un después en el sentido que pude aprender, al ser testigo de procesos como guerras, cómo el ser humano puede ser tan cruel uno contra el otro. Cómo las víctimas de las guerras -muchas veces- son las personas inocentes que no tienen nada que ver con esos procesos. [Pude] ver también la solidaridad humana y ver y vivir los terremotos. En El Salvador hubo terremotos en 85 y 86, no tan fuerte como el de septiembre del 85 en México, pero estar en el terremoto. Llegué la tarde del terremoto de México de septiembre del 85 y me quedé ahí casi un mes.
Presenciar estos procesos que son todos, algunos creados por la naturaleza, otros creados por la humanidad, pero que a veces tienen repercusiones muy similares. Terremotos físicos y terremotos creados por la humanidad. Yo te diría que ese proceso de vivir tantas experiencias distintas, pero todas intensas durante casi dos años, me dio a mí una perspectiva que yo pienso me dan una diferencia en cómo yo puedo ejercer mi vocación de periodista.
¿Qué consejo le puede compartir a alguien que, como ese joven de 24 años que fuiste, comienza ahora su carrera en el periodismo?
– No aceptar “No” como respuesta. Nunca, porque uno nunca se puede dejar definir por otros. Y si tú tienes como definición propia que sientes la vocación del periodismo, la vocación de servir a nuestra comunidad a través del periodismo, esa es la única definición que tú puedes tolerar y permitir.
Y si otros no ven eso en ti, un día lo verán. Tú sigue, pero eso sí, prepárate. Estudia más que cualquier otra persona. Yo siempre digo a los jóvenes, en las distintas charlas que tengo, que con los que quieren ser periodistas: “Tú eres único y maravilloso. Pero asegúrate de que seas el más preparado. El más preparado. Que seas el primero que llegues al trabajo y que seas el último que te vayas. Y que en tu momento libre, estudies. Prepárate, ejerce y continúa afilando tu músculo de ser escritor. Y agiliza tu mente con la lectura”.
Mi padre nos decía siempre a mis hermanos y a mí: “sólo con el libre intercambio de ideas diferentes es cuando comienza a brotar la luz de la sabiduría”.
Hay muchos jóvenes que dicen “Yo acabo de ver en en Netflix o en YouTube una serie y la vi toda. Me senté y estuve viendo una serie entera”. En inglés le dicen “Binge”. Y les digo yo: “Oigan, en vez de estar viendo una serie entera, usen todo ese tiempo para leer una serie completa. Usen su tiempo para estudiar y prepararse”, porque ahí, ahí está la diferencia que puede ayudar a una persona como tú, única y maravillosa, a poder entrar en el campo del periodismo preparado y con la confianza de que puede hacer un buen trabajo porque tomó en serio su preparación y sus estudios.
Finalmente, me gustaría preguntar su pronóstico para las elecciones del 3 de noviembre…
– [Risas] Yo no sé si hay alguien en este mundo que pueda pronosticar lo que pueda pasar el 3 de noviembre o después del 3 de noviembre. En el año 2016 todos los pronósticos decían que Hillary Clinton iba a ser la primera mujer presidenta en Estados Unidos. No fue así. 99.5% de las encuestas, hasta el día antes de las elecciones, decían que iba a ganar Hillary Clinton.
Esta vez las encuestas dicen que es probable que Joe Biden gane porque tiene en algunos estados clave una delantera importante, pero yo no voy a poner mi mano sobre el fuego a cualquier de estos pronósticos, cualquier cosa puede pasar.
Y lo bonito, lo importante de un proceso electoral limpio. es que ¡qué bien que así sea! ¡Qué bien que sea que el voto de cada persona sea respetado! ¿Cuántas veces no hemos visto elecciones fraudulentas o elecciones donde un partido político, el partido político en el poder, puede a través de mordidas o llámelo como quiera que se llame e influenciar una elección?
Yo creo que lo extraordinario de Estados Unidos es que durante sus más de 250 años de existencia democrática, el voto cuenta y el voto de cada persona cuenta. Hay tantas formas ahora de ejercer el voto en Estados Unidos: lo puede hacer de forma anticipada, puede ir físicamente a la casilla antes del día 3 de noviembre o esperar en fila el 3 de noviembre, puede mandarlo por correo… hay un sinnúmero de formas de ejercer su voto, pero si todos los que tienen el privilegio de votar, lo hacen, quién sabe lo que pase.
Lo interesante en Estados Unidos es que no es el voto popular el que determina el presidente, es el voto electoral. 270 votos determinan el presidente. Entonces vamos a ver como va eso, porque hay 6 o 7 estados clave que pueden cambiar el balance de todo el proceso electoral. Porque algunos estados como California o Nueva York, votan de una forma tan abrumadora a nivel presidencial que eso ya se da por contado. Pero hay otros estados que pueden cambiarlo todo. Eso es lo interesante y fascinante de ser periodista político. Lo que podemos garantizar es que no podemos garantizar nada.
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4 puntos clave de José Díaz-Balart
- Es presentador de “Noticias Telemundo” y “NBC Nightly News Saturday”
- Inició su carrera en 1983 y se ha convertido en una de las voces más respetadas del periodismo. Ha sido testigo y ha reportado importantes sucesos históricos para prestigiosos medios de noticias alrededor del mundo, así como ha entrevistado a cientos de grandes líderes de opinión, incluyendo a todos los Presidentes de Estados Unidos desde Ronald Reagan.
- Es el único periodista que ha conducido de manera regular dos noticieros nocturnos, tanto en español como en inglés, para dos cadenas nacionales de televisión. Ha recibido numerosos reconocimientos por su trabajo, incluyendo cuatro Premios Emmy, el Premio George Foster Peabody, el Premio Alfred I. DuPont-Universidad de Columbia y el Premio Broadcasting & Cable/ Multichannel News por sus Logros Sobresalientes en la Televisión Hispana.
- Fue nombrado profesor invitado inaugural de la Escuela de Políticas Públicas de la Universidad de Georgetown y apareció en la lista de AdWeek de los 30 TV Newsers más impactantes de los últimos 15 años.
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