Soldados y bomberos de la región brasileña de Nova Fronteira unieron fuerzas el martes para combatir uno de los muchos incendios que han consumido grandes extensiones de la selva amazónica del país.
El presidente Jair Bolsonaro ha puesto a disposición decenas de miles de tropas para ayudar a extinguir los fuegos, después de que ganaran la atención mundial.
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También aprobó un decreto que prohíbe la mayoría de los incendios para el desmonte de tierras en el país por un período de 60 días, aunque más tarde limitó la prohibición solo en la Amazonía.
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La Amazonía brasileña vio 30 mil 901 incendios en agosto, la cifra mensual más alta desde 2010, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales del país.
Estos números elevados han atraído críticas internacionales sobre el enfoque del gobierno en temas ambientales y su agenda pro-negocios, temas que parecen estar erosionando la popularidad de Bolsonaro en el país.
Los incendios suceden anualmente en Brasil, y algunos son legales.
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Pero la tasa aumentó este año, lo que llevó a especulaciones de que la campaña de desarrollo económico del presidente animó a la ganadería y a otros intereses comerciales ansiosos por expandir sus propiedades en las orillas de la selva.
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