El especialista en coaching reveló que a su llegada al equipo celeste, encontró un equipo fuerte mentalmente
Uno de los nombres importantes que surgió a raíz del título conseguido por Cruz Azul en el Guard1anes 2021, fue el del psicólogo Antonio «Gigio» Rivas quien llegó al equipo para trabajar con el plantel en la liguilla de dicho certamen.
Su labor al final fue reconocida por los propios jugadores quienes le tomaron un gran aprecio pero él es modesto y asegura que cuando se sumó al grupo, encontró mentalidades fuertes y seres humanos centrado en el objetivo. De hecho nunca escuchó el término «cruzazulear».

«Ellos (los jugadores) estaban mucho más enfocados en lo que venía, en este compromiso de equipo de sacar adelante el resultado con un éxito, la presión permeaba mucho mas en el ambiente que de manera interna. Acá nunca se hablo en lo absoluto, en el mes que trabajé con ellos, del término ‘cruzazuleada’, ‘fantasmas’, etc., estaban muy claros en lo que venía, en lo que tenían que hacer y eso fue muy útil».
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-¿Cuál fue el peso específico del trabajo que hiciste como psicólogo o coaching en el título del Cruz Azul?
«Yo llego al final del torneo regular con una invitación de Juan Reynoso, de su cuerpo técnico. La directiva de Cruz Azul habló con la de Necaxa donde estaba trabajando. Con mucha franqueza y honestidad te digo que el peso del trabajo de coaching y psicología que hicimos con el equipo tiene un porcentaje muy pequeñito. Cuando llego, encuentro a un equipo con una mentalidad muy fuerte».
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«Juan Reynoso es un líder que lo ha hecho extraordinariamente bien y tiene un cuerpo técnico impresionante. El equipo ya venía con una inercia muy fuerte, una mentalidad muy robusta y lo que hicimos fue coordinar algunas ideas de Juan, vincularme con el equipo de manera muy especial y alinearme un poco a los procesos, promover algunas herramientas distintas, muy puntuales, muy pocas y la verdad no me toca a mi decir si la influencia fue mucha o poca, eso le tocará a los jugadores».
-¿Cómo fue el trabajo, manera individual, grupal, con videos?
«En el trabajo que yo hago, como yo lo hago, me interesa mucho tener una conocimiento y vinculación muy rápido con el grupo. Dependemos mucho de que se genere una plataforma de confianza, que los muchachos tengan esa capacidad de entender que es un aporte importante y cada uno de ellos decidirá al final de cada sesión qué tanto las herramientas puede ser útiles o no. Yo me involucró al ciento por ciento desde el primer día que llego en todas las actividades. El cuerpo técnico de Juan Reynoso me abrió las puertas de par en par, fue un trabajo lleno de comodidades, con toda la apertura, me permitieron vincularme 24/7 con los muchachos, viajé a todas las concentraciones, estuve con ellos todo el tiempo y eso me permitió tener una estructura en donde impartimos algunas sesiones al paso de toda la liguilla».
-¿Crees que todos los equipos deberían echar mano de estrategias de coaching?
«Estoy seguro y convencido de que así debería ser. Pero nos toca a las personas que soñamos con esto que poco a poco, trabajando y dando resultados que esa inercia permita que poco a poco los espacios se abran para el trabajo mental, que si es fundamental. Hay que recordar que estos grandes futbolistas y profesionales son seres humanos que viven diferentes circunstancias en lo humano, en lo familiar y me parece que el respaldo que hace el coaching y psicología es bien importante».
-¿Percibes que en la actualidad los jugadores son más sensibles a las críticas por la mayor exposición que tienen por las redes sociales?
«Esta temporada que llego a Cruz Azul me di cuenta de que el jugador hoy tiene la facultad e inteligencia para ser muy selectivos en las cosas que lee, cómo lo hace y cómo las toma. Me parece que es muy importante el manejo que el deportista tiene en cuanto a la asimilación de la crítica. Hoy les pega menos y son mucho más abiertos, más maduros para aceptar la crítica. Específicamente con este grupo de Cruz Azul, las críticas los hicieron más fuerte, más robustos. Para el grupo venía una etapa de revancha, de dar la vuelta a una página, se enfocaron en ello y hoy la muestra clara es que sacaron adelante un proyecto de manera impresionante y después de 23 años lograron el título tan ansiado para todos, especialmente para muchos de ellos que lo lucharon con el alma».
-¿Qué sigue para ti, seguirás trabajando con Cruz Azul?
«Ya no depende de mi, sale un poco de mis manos. Tengo la enorme fortuna de tener una relación personal y profesional con Santiago San Román, director deportivo del club Necaxa, quien ha sido un pilar fundamental en mi desarrollo dentro del futbol, de las personas que más cree en mi trabajo profesional y lo que sigue ahora es algo que van a platicar a nivel de directivas. Juan Reynoso y su cuerpo técnico, Álvaro Dávila y Héctor Lara tendrán que ponerse de acuerdo con Santi San Román para llegar a un acuerdo en beneficio de todos, He sido muy bendecido porque las cosas han fluido de una manera tan natural, tan positiva y tan sana y estoy muy claro de que lo que venga será siempre en beneficio de trabajar con los seres humanos, de colaborar con un granito de arena y no solo con los futbolistas sino trabajar de manera integral. Estoy en manos de ellos y espero que pase lo mejor».
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«Mi medalla tiene una magia muy particular. Yo sabía que había 45 medallas y no estaba dentro de ellas porque además es lo justo. Me dieron acceso al campo y desde la distancia estaba observando la ceremonia. Parado ahí unas chicas de seguridad me dicen: ‘¡Te están hablando los jugadores!’. Volteo y los jugadores me decían ‘¡Ven, ven Gigio!’. ‘¡No puedo, por protocolo!’, respondí, y cual fue mi sorpresa que de repente Pol Fernández, Yoshimar Yotún, Rafa Baca y ‘Chaquito’ Giménez fueron por mi para celebrar. Una persona de seguridad me decía que no podía pasar y al final de manera muy linda Rafa Baca me lleva hacia la parte de atrás, se quita su medalla y me la pone: ‘¡Gigio, también te mereces una medalla!’. Luego me doy cuenta de alguien, no sé si Rafa, va y toma otra medalla, habían sobrado un par, y el mismo Rafa viene y me dice ‘¡Ya está solucionado!’. Le devuelvo la suya y él mismo me coloca la otra».
¿QUIÉN ES ANTONIO RIVAS?
«Soy de la Ciudad de México, tengo 52 años y soy egresado de la Universidad Abierta de San Luis Potosí, después hice una maestría en desarrollo organizacional. Ya son 35 años trabajando con seres humanos y no siempre en el área del futbol».
«En 1999-2000 trabajé con filial de Atlante, ese equipo fue campeón de segunda división; luego jugamos una promoción contra Querétaro y ganamos el ascenso a lo que era la Primera A. Hice una pausa larga y en el 2017 trabajé con Alebrijes un año y medio. Ahí también se dio el campeonato de Liga de Ascenso. Después llego a trabajar a Celaya, después muy poco con la gente de Morelia y de ahí en octubre del año pasado llego a Necaxa y terminamos con lo que pasó en la liguilla con cruz Azul».