Frederik de Klerk, quien compartió el premio Nobel de la Paz con Nelson Mandela y fue el último mandatario del apartheid en Sudáfrica, falleció a los 85 años.
De Klerk, quien padecía cáncer, murió en su hogar en el barrio Fresnaye de Ciudad del Cabo, dijo el jueves un vocero de la Fundación F.W. De Klerk.
Fue una personalidad controvertida en Sudáfrica, donde muchos le atribuyeron hechos de violencia contra los sudafricanos negros y los activistas contra el apartheid durante su presidencia, mientras que algunos blancos lo consideraron traidor por sus esfuerzos para poner fin al apartheid.
En un discurso ante el Parlamento el 2 de febrero de 1990, Frederic de Klerk anunció que Mandela quedaría en libertad luego de 27 años de prisión. El anuncio sacudió a un país que desde hacía décadas sufría el escarnio y sanciones de buena parte del mundo debido a su brutal sistema de discriminación racial, llamado apartheid.
En momentos de aislamiento creciente y deterioro de su economía sólida, de Klerk, que había asumido la presidencia cinco meses antes, anunció en el mismo discurso que se anulaba la proscripción del Congreso Nacional Africano y otras agrupaciones políticas que luchaban contra el apartheid.
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En un discurso en Ciudad del Cabo a principios de 2016, de Klerk advirtió que muchos sudafricanos blancos “no eran conscientes de la situación de comunidades desventajadas” y que “la actitud de muchos negros hacia los sudafricanos blancos se vuelve más hostil e intransigente”. Añadió: “debemos volver a escuchar el llamado de Nelson Mandela a la reconciliación y la construcción del país”.