Luego de la Ciudad de México, el estado de Tlaxcala es la entidad más pequeña del país, al grado de que su gobierno lanzó una campaña con el slogan “Tlaxcala sí existe”, para llamar la atención sobre este pequeño territorio que, no obstante, tiene un sinfín de datos reveladores relacionados con el maíz.
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La palabra Tlaxcala proviene del náhuatl tlaxcalli, que quiere decir tortilla, entendido entonces como “lugar de tortillas”, pero además resulta que tiene un municipio que podría considerarse la ‘cuna del maíz’.
Se trata del municipio de Ixtenco, donde se produce maíz grano con un volumen de 11 mil 200 toneladas, con un valor de la producción de casi 45 millones de pesos, involucrando directamente a mil 500 productores, y un número indeterminado de actores asociados a la producción y distribución.
Si bien para la producción y consumo nacional de maíz blanco y maíz amarillo ese volumen puede parecer menor, lo que resalta es que el municipio es un importante reservorio de razas nativas de maíz, resaltaron activistas a propósito del Día del Maíz, que se celebra el 29 de septiembre.
Según reportes estadísticos, en el municipio se cultivan seis razas primarias de las 62 razas de maíz nativo existentes en México, además de 18 variedades locales de maíz nativo, variedad genética considerada como un legado para la humanidad, por lo que sus habitantes no pretenden abandonar por considerarla un legado histórico y una herencia cultural.
Por ejemplo, tienen teocintle, considerado el abuelo de todo el maíz, así como el maíz ajo, ambas son variedades únicas y exóticas de esta región.
En ese contexto, el aumento del consumo de maíces nativos, principalmente el azul, y el crecimiento del mercado de maíces de especialidad, ha dado pie a estudios de comercialización en mercados de especialidad nacionales e internacionales, como el elaborado por Sagarpa en 2015, con el objetivo de volver al origen de genera nichos de mercado.
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Esto ante el avance en la producción con el uso de agroquímicos, que hacen que los maíces nativos se encuentren en peligro de extinción frente al maíz transgénico.
Trenza de Maíz
Entre las estrategias para resaltar la aportación no solo alimenticia, sino cultural por arte del maíz, en el estado se impulsan actividades para resaltar las bondades de este grano, como por ejemplo la llamada Trenza de Maíz.
Es una obra onírica que manifiesta los relación con los campos de cultivo de la milpa y el maíz, la cual representa el tejido social que se crea durante el intercambio de semillas y cosechas.
“Mi obra es un canto a la vida, a los sueños, a la gente que cree todos los días en lo que hace, en el amor a la tierra, a los animales por tanto no tengo ningún deseo que me haga pensar de manera diferente”.
resalta la artista Malena Díaz, quien tiene una exposición permanente en Los Pinos.
