En una acción que permitiría a Nuevo León seguir libre de casos de hidrofobia, la diputada panista Lilia Olivares presentó en Congreso una iniciativa de reforma para que todos los propietarios de mascotas, como perros y gatos, obligatoriamente, presenten un certificado de vacunación antirrábica.
Se trata de una adición a la fracción XXII al Artículo 3 recorriendo los subsecuentes, se adiciona un numeral 11 del inciso A de la fracción I al Artículo 15 y se adiciona el Artículo 67 bis de la Ley de Protección y Bienestar Animal para la Sustentabilidad del estado de Nuevo León.
“Es una adición a la Ley de Protección y Bienestar Animal para que se agregue el certificado antirrábico y que los propietarios que tenemos mascotas los vacunemos cada año”, expresó la diputada panista.
En Nuevo León, agregó Olivares, no se ha registrado un caso de rabia actualmente.
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“Es un tema controlado; sin embargo, a nivel nacional en algunos estados se ha disparado. La idea es prevenir para no tener casos de esta enfermedad, tener un certificado a la mano y que hagamos conciencia de que sigamos aplicando la vacuna antirrábica”, explicó Olivares.
En el documento se establece que los animales de compañía que han sido vacunados, sus propietarios deben presentar el certificado, emitido y avalado por un médico Veterinario Zootecnista con cédula profesional.
“El propietario o poseedor del animal de compañía deberá aplicar anualmente la vacuna antirrábica a través de un médico veterinario zootecnista con el fin de que obtenga el certificado de vacunación antirrábica”, señala la propuesta.
De acuerdo con el Sistema de Información en Salud al cierre del año 2019, se registraron 69 mil 810 personas agredidas o en contacto con cualquier especie capaz de transmitir el virus rábico y se otorgaron 4 mil 794 inicios de profilaxis, logrando un 6.9 %, valor que cumplió la meta anual de mantenerse por debajo del 11% a nivel nacional.
En Nuevo León la rabia es un problema de salud que está completamente erradicado ya que, desde 1986 no se ha detectado ningún caso de transmisión de animal de compañía a humanos.
Está comprobado que la aplicación de vacunas previene la circulación del virus en las poblaciones y es necesario que al menos el 70% de la población canina y felina se encuentre perfectamente vacunada.