Opinión

Lo viejo es lo moderno

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Foto: (Especial)

Reuniones de grupos musicales, festivales dedicados a décadas pasadas, reencuentros de artistas, conciertos, remakes de películas: el negocio de la nostalgia vende mucho, es un fenómeno del que no podemos escapar. ¿Quién no se ha emocionado de ver que aquellos grupos de los 80 y 90 tienen un revival? Basta con ver los festivales musicales, para darse cuenta que entre los headlines están grupos y artistas que tuvieron su punto máximo en las décadas pasadas: Billy Idol, Hombres G, Semisonic, The Cure.

Hace unos días platicaba con Lorenzo Antonio sobre esto. Si alguien no lo recuerda, Lorenzo Antonio fue el ganador de un festival infantil en los ochenta y tuvo una carrera de grandes éxitos que todos cantábamos. “Es increíble saber que después de tantos años se siguen cantando esas canciones. Esos años fueron un fenómeno, de mucha alegría, inocencia y de letras muy limpias, como Pedro Fernández o Lucero”. Cabe mencionar que Lorenzo nunca dejó de cantar, tuvo mucho éxito en Estados Unidos en la década de los 90, cantando canciones de mariachi.

¿Pero es una estrategia, un negocio o simplemente se acabaron las buenas ideas?

¿Es una estrategia?

A ver, seamos sinceros: en los años ochenta y noventa no vivimos la mejor situación económica en México ¿eh? Si uno quería ir a un concierto, digamos de Flans, tenías que tener un buen poder adquisitivo. Y si querías ir a ver a alguien de la talla de Blur, pues ni venían a México, para acabar pronto. Hoy en día las condiciones en México han cambiado, hay más lugares donde se presentan los artistas y conseguir un boleto es más sencillo. Los artistas se dan cuenta de eso y aquellas figuras de los ochenta y noventa que antes no venían acá, saben que hay fans que los recuerdan con cariño ¡Claro que es una estrategia! ¡Pero qué afortunados somos de que exista!

¿Es un negocio?

Pues sí: eso se sabe. La nostalgia como negocio apela a nuestras emociones, de esos años en los que eras más joven y más feliz, o con menos preocupaciones. Apela a tu primer beso, a cuando ibas a la escuela, a cuando te juntabas con tus cuates. Hay infinidad de textos, conferencias, libros y gurús de la nostalgia que han analizado el fenómeno nostálgico y cómo aprovecharlo.

¿Se acabaron las buenas ideas?

No, para nada. Creo que es una cuestión de enfoques. Ustedes pregúntenle a cualquier show que junte a estrellas de los 80 o 90 cuánto se tienen que preparar y reinventar para poder adecuarse a nuestros tiempos. Las ideas están ahí siempre, para que uno se suba en ellas y a partir de ahí, crear algo nuevo. El mismo Lorenzo Antonio ahora está remezclando cumbias y mariachi para crear ritmos nuevos. Se le nota la experiencia de años y años de carrera.

La nostalgia vende, pero también funciona como una máquina del tiempo. Hace poco escuché la frase “The old is the new modern”. Y sí: pero la verdad es que es una fortuna que podamos disfrutarlo.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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